En un documento de la Administración de Justicia se menciona al capitán que gobernó el Prestige en su último y fatal viaje como Apóstolos Maguras y se indica en una nota a pie de página que ese apellido se pronuncia [Maguras] en griego, aunque «desde el principio se ha transcrito en todos los medios como Mangouras, con n y el diptongo ou, siguiendo la tradición fonética francesa en lugar de la española, como sería conveniente».
Las importaciones de nombres propios de lenguas con alfabeto no latino llegan con frecuencia a través del francés o el inglés. Son formas que suelen reflejar la transcripción en estos idiomas de una pronunciación que trata de aproximarse a la original. Así, por ejemplo, el nombre de la principal ciudad de Benín en francés es Cotonou, pero en español la llamamos Cotonú. La pronunciación es idéntica.
En el caso de los nombres en griego moderno, para representarlos con caracteres latinos puede hacerse una transcripción fonética, con el inconveniente de que muchas veces ignoramos cómo pronuncian los griegos la palabra en cuestión, o una transliteración, es decir, ir cambiando las letras griegas por sus equivalentes latinas, según unas normas. Esta fórmula tiene la ventaja añadida de la facilidad de volver a la forma original griega a partir de la transliterada.
Para la transliteración del griego moderno suelen emplearse dos tablas, la ISO 843 y la ELOT 743, casi idénticas. La segunda es la del organismo griego de normalización y ha sido adoptada por la ONU. Apliquémosla al apellido del capitán del Prestige, Μαγγουρας. La letra griega mi (Μ) se translitera como M; la alfa (α), a; las dos gammas juntas (γγ) no equivalen a dos ges (gg), como separadamente (γ = g), sino a ng; la ómicron (ο) es o. La ípsilon (υ) se translitera normalmente y, pero tras la ómicron se cambia por u (ου = ou), excepto cuando lleva diéresis o si la ómicron está tildada. La ro (ρ) es r; tenemos otra alfa (α) que se translitera a, y la sigma final (ς) se cambia por una ese. El resultado es Mangouras.