Todos los años llegan las perseidas. Es una lluvia de meteoritos que sucede una y otra vez, aunque los meteoritos son distintos en cada ocasión. Con las lenguas ocurre un fenómeno similar, aunque no limitado a un corto período, sino permanente. Se trata de la aparición de palabras nuevas, cuya formación responde unas veces a necesidades expresivas y otras a modas y a fenómenos pasajeros. Estos últimos son neologismos fugaces.
Las comunicaciones e Internet están tras buena parte de esa actividad neológica. Así, por ejemplo, la Academia Española ha decidido llevar a la próxima edición del Diccionario la sigla SMS (short message service, ‘servicio de mensaje corto’), que da nombre a un sistema de mensajes escritos que se transmiten por teléfono y a esos mensajes. Llega la innovación cuando los SMS están en franco declive, desplazados por otros sistemas, como el de la aplicación WhatsApp. Esta ha dado lugar al sustantivo wasap y al verbo wasapear, así escritos o con las formas guasap y guasapear. ¿Durarán como para adquirir entidad y asentarse en el español? Es de suponer que solo lo que permita la competencia de WhatsApp. Algún día surgirá un programa o un servicio con más atractivos para los usuarios y a WhatsApp le llegará el fin, como les llegó a Messenger y a otras aplicaciones.
Puede decirse lo mismo de las palabras españolas formadas a partir de la marca comercial Twitter. Se tuiteará y se escribirán tuits mientras Twitter mantenga su presencia en la Red. Desaparecida esta, tuit podría mantenerse para designar ese tipo de mensajes en otras redes. Será decisión de los usuarios.
Un anglicismo que últimamente se ha puesto de moda es sexting, que da nombre al envío de mensajes o imágenes de contenido sexual explícito entre teléfonos móviles. Este cruce de sex y texting surgió en el 2007, y en el 2012 lo registró por primera vez un diccionario, el Merriam-Webster. No es una palabra que diga mucho a los hispanohablantes. Quizá por ello, algún organismo dedicado al cuidado del idioma le ha buscado alternativas en español y ha acabado por proponer el sustantivo sexteo y el verbo sextear. Está este demasiado próximo a sestear (‘Pasar la siesta durmiendo o descansando’) como para arriesgarse a caer en equívocos.
Muchas de esas fotos empleadas en el sexting, hechas con teléfonos móviles, son selfies. ¿Es necesario este término inglés para entendernos? En absoluto, pues tenemos las alternativas autorretrato, cuando el fotógrafo y el retratado son la misma persona, y autofoto, si aparecen en la imagen el fotógrafo y otras personas. Y además valen hasta para los que posan con impudicia y luego sufren sexting.
Me encanta este tipo de páginas en las que se aclaran cosas que muchas veces denotan falta del más claro sentido común en los hablantes. Os animo a continuar en la labor. Gracias.
De todos modos, noto en este texto un par de utilizaciones de algo que me llama la atención,sobre todo escuchando a los tan actuales contertulios en diferentes programas de la radio y la televisión: Es lo de «como para» sin funciones comparativas. Siempre pienso que «yo no tengo suficiente dinero para comprarme la Luna». Otros dicen «como para comprarme la Luna». Algo diametralmente distinto es «yo no soy tan alto como para llegar al techo» (comparativo). En ese aspecto noto raro en el texto original lo de «¿Durarán como para adquirir…? En vez de ¿durarán lo suficiente o lo necesario para adquirir…? O «Está este demasiado próximo a sestear como para arriesgarse…» Creo que es simplemente «para» y nada más. Ya sé que se oye con frecuencia, la misma con la que se escribe, pero creo que es incorrecto y acaba liando al oyente o lector.
Saludos.
Ángel.
Gracias por esta publicación, es muy completo y demuestra lo que podemos hacer con diferentes cosas, teniendo poco a mucho, depende de nosotros. Es un gran aporte y punto de vista, pero sin embargo, no hay que dejar de lado que todos tenemos una visión particular de las cosas y no a todos nos suceden lo mismo, saludos
La verdad es que hay muchas instituciones como la RAE que se empeñan en reaccionar tarde. Cuando la gente usa las palabras, ellos las ignoran, cuando se dejan de utilizar, ellos las aceptan. Entiendo que no se puede aceptar todo y mucho menos al instante, pero aceptarlo cuando su uso decae hasta lo anecdótico es incoherente.