En el gran país que se extiende entre Estados Unidos y Guatemala existen tres realidades que reciben la denominación de México. Este es el nombre usual de la nación, que oficialmente se llama Estados Unidos Mexicanos, el de uno de los 31 estados que lo integran y el de la ciudad donde radica su capital. Para distinguirlos, se suelen mencionar como México, el estado de México y la ciudad de México. El problema ortográfico es si esta es la ciudad de México o Ciudad de México.
El nombre de la ciudad es México, y ningún organismo competente ha establecido otra cosa. Una de las causas de la confusión es el texto de la Constitución mexicana, que dice: «La Ciudad de México es el Distrito Federal, sede de los Poderes de la Unión y Capital de los Estados Unidos Mexicanos». La mayúscula que ahí luce Ciudad y que a algunos lleva al huerto no tiene más explicación que la solemnidad de la declaración, por la que también escribe Poderes y Capital, con unas mayúsculas de relevancia que en otros contextos serían impropias. Fíjese el lector que se habla de «la Ciudad de México», con un artículo improcedente si el nombre propio fuese Ciudad de México.
La Constitución identifica la ciudad con el Distrito Federal, pero actualmente la correspondencia es solo parcial. La urbe ocupa una parte del Distrito Federal, pero se extiende más allá, por los estados de México e Hidalgo.
La Academia Mexicana de la Lengua, que en sus textos emplea el sintagma ciudad de México, se ha ocupado del asunto, y afirma taxativa que «la forma correcta es ciudad de México. Hasta donde se ha investigado, el nombre de esta ciudad es México», y contrapone el caso a los de Ciudad Guzmán, Ciudad Valles, Ciudad Victoria, etcétera, en los que el sustantivo ciudad es parte del nombre propio.
En el mismo sentido se pronunciaba el ya desaparecido José G. Moreno de Alba, que fue presidente de la Academia Mexicana, a quien le creaban dudas dos cosas: el creciente, aunque aún minoritario, empleo de la mayúscula en Ciudad [de México] y la aparición de esta grafía en un ejemplo de la Ortografía de 1999, lo que interpretaba como una «normatividad indirecta» y no como lo más probable, un error del redactor, seguramente menos informado del tema que él. Y como el vino blanco quita las manchas del tinto, a esa «normativa indirecta» puede contraponerse otra en vigor: el Diccionario define defeño (del deletreo de la abreviatura D. F., Distrito Federal), como «Natural de la ciudad de México o del Distrito Federal».