En un programa de radio comentaban hace unos días la serie de televisión B&B, que se había estrenado la noche anterior. Alguien vacilaba entre decir [bi an bi] y [be an be], y a continuación informaba de que en la propia serie pronunciaban [be i be]. Decían bien los últimos.
& es un signo que representa la conjunción latina et, que significa ‘y’. Es la evolución gráfica de la ligadura de las letras e y t. Lo ideó Marco Tulio Tirón (104-4 a. C.), escritor y liberto de Cicerón, que creó varios signos taquigráficos, las notas tironianas, para recoger más ágilmente los discursos del mítico orador romano.
En latín se usaba & para representar la conjunción et, además de como ligadura de e y t consecutivas cuando formaban parte de palabras. Las lenguas modernas lo tomaron del latín. En algunas, como el español o el portugués, cayó en desuso porque no suponía ventaja alguna sobre la conjunción equivalente (y, e) y porque su escritura es bastante compleja. Mantiene su uso en otros idiomas, sobre todo en el inglés, donde sustituye a una palabra de tres letras, and. En la lengua de Shakespeare se llama ampersand, contracción de and per se and (y por sí mismo y).
El signo & se empleaba corrientemente en el español medieval. Solía utilizarse, por ejemplo, en la voz etcétera (del latín et cetera), que se escribía &cétera: «El fijo o el heredero, &cétera, en este título» (Fuero Juzgo, hacia 1250). Aunque etcétera tenía la variante en dos palabras (e cétera).
El primer diccionario donde aparece etcétera es el de Francisco del Rosal (1611): «cétera o etcétera. es palabra lat. y quiere decir todas las demás cosas […]. Suele abreviarse así: &c.». Durante un siglo, el diccionario de la Academia (ediciones de 1884 a 1984, ambas inclusive) dijo, en nuestra opinión equivocadamente, que etcétera «se representa con esta cifra &, que tiene el mismo nombre, o con la siguiente abreviatura: etc.». En la ortografía de 1999 se insistía en dar a & el valor de etcétera, además del de y. Acertaban más las ediciones del DRAE anteriores a 1884, como la de 1869, que decía: «Escríbese comunmente con esta cifra &c, que también se llama así».
Hoy usamos como nombre de este signo et (la Academia ya no le llama etcétera) y cuando lo veamos en un texto en español debemos interpretarlo como equivalente a y, que se pronuncia /i/. Otra cosa será cuando forme parte de una denominación en inglés, de un texto latino o de español medieval.