Las preguntas acordadas por varios partidos catalanes para plantear en un referendo sobre la independencia de Cataluña ponen de relieve que, en ocasiones, cambiar una minúscula por una mayúscula puede alterar el sentido de todo el mensaje.
Según la web de la Generalitat, el texto pactado es el siguiente: «“Vol que Catalunya esdevingui un Estat?” i, en cas de resposta afirmativa, “Vol que aquest Estat sigui independent?”» (¿Quiere que Cataluña se convierta en un Estado? y, en caso de respuesta afirmativa, ¿Quiere que este Estado sea independiente?).
Estado es una palabra polisémica, es decir, se emplea con varios significados. Los que aquí nos ocupan son dos: ‘País soberano, reconocido como tal en el orden internacional, asentado en un territorio determinado y dotado de órganos de gobierno propios’ y ‘En ciertos países organizados como federación, cada uno de los territorios autónomos que la componen’ (el estado de California, el estado de Guerrero). Con el primer sentido se escribe con mayúscula, tanto en catalán como en castellano, y con el segundo, con minúscula.
El día que se anunciaron las polémicas preguntas hubo cierta confusión sobre el sentido con que se empleaba estado en la primera. La duda la despejó el domingo pasado el presidente de la Generalitat, Artur Mas: «Escrit Estat, òbviament, en majúscules».
Una vez oído el jefe del Ejecutivo catalán, parece que la segunda pregunta es innecesaria. Si se pregunta «¿Quiere que Cataluña se convierta en un Estado?», donde la palabra Estado significa ‘país soberano, reconocido como tal…’, es decir, se le pide al votante que manifieste si desea que aquella comunidad sea un país independiente, no hay razón para volver a preguntarle lo mismo, aunque con otras palabras: «¿Quiere que este Estado sea independiente?».
Queda la duda de si en algún momento los firmantes del pacto quisieron realmente preguntar por la posible conversión de Cataluña en un estado, que lo sería de una federación.