En España hemos empleado tradicionalmente como separador decimal (el signo que se coloca en los números entre los enteros y los decimales) la coma (6,5, 0,34). En los números de más de tres cifras veníamos separando con puntos los grupos de tres dígitos empezando por la derecha (10.524, 2.732.428). Varios países de habla española, como México, Venezuela o Panamá, emplean como separador decimal el punto, y separan los grupos de tres cifras de los números mediante comas, siguiendo en ambos casos el modelo anglosajón (321,528.32). La convivencia de ambos sistemas puede generar confusiones. Así, por ejemplo, ante el número 3,127 un argentino o un español leerán tres con ciento veintisiete milésimas, y un hondureño, tres mil ciento veintisiete.
Estos arraigados usos chocan con las recomendaciones y las normas que han ido dictándose en los últimos años, cuyo fin es la unificación de grafías. La ISO y la Oficina Internacional de Pesas y Medidas han establecido que, en los números, los grupos de tres cifras solo pueden separarse, si se separan, con un espacio en blanco, de tal forma que si en el número aparece un punto o una coma solo podrá ser interpretado como separador decimal.
Los decretos del Ministerio de Industria que establecen las unidades legales de medida en España, el último de los cuales data del 30 de diciembre del 2009, vienen prescribiendo que el signo que debe emplearse como separador decimal es la coma. Añaden que los números con muchas cifras pueden repartirse en grupos de tres dígitos separados por un espacio, a fin de facilitar la lectura. Y precisan que estos grupos no se separan nunca con puntos ni comas.
Por su parte, la Ortografía académica admite la separación de los grupos de tres cifras solo en números de más de cuatro dígitos y mediante espacios en blanco (35641 o 35 641, pero no 1 553, ni 1.553, sino 1533). Habla concretamente de espacios finos, y rechaza el punto y la coma con esa función. Para promover un proceso tendente hacia la unificación entre todos los países de habla hispana, recomienda el uso del punto como signo separador de los decimales.
¿Y el hablante? Como siempre, en el medio, sin saber si atender la recomendación académica o la norma oficial en España… y buscando, quizá, cómo insertar los espacios finos, que no están disponibles en cualquier editor de textos.
Menudo carajal!