A una candidata de las últimas elecciones andaluzas se le atribuye la frase «La ciudadanía quiere votar por Andalucía». Superado el impacto de la cacofonía, algunos lectores nos llaman la atención sobre el empleo de la ciudadanía en lugar del aparentemente más espontáneo los andaluces.
La ciudadanía es, además de la ‘cualidad y derecho de ciudadano’ y del ‘comportamiento propio de un buen ciudadano’, el ‘conjunto de los ciudadanos de un pueblo o nación’, acepción con que la utiliza la candidata. Este empleo de la ciudadanía por los ciudadanos o, en el caso citado, por los andaluces, es una de las fórmulas a las que recurren quienes combaten el uso genérico o no marcado del masculino, es decir, el masculino que designa a un conjunto en el que hay varones y mujeres (por ejemplo, los españoles para referirse a los españoles y a las españolas), porque ven en él una forma de ocultar o relegar a la mujer. En esa línea, se sustituye en ocasiones los profesores por el profesorado, los alumnos por el alumnado, los aficionados por la afición, los beatos por la beatería, los clientes por la clientela, los españoles por la población española… lo cual es aceptable hasta que se cae en el uso excesivo o en absurdos, como el de ver tras la niñez al conjunto de niños y niñas, cuando ese sustantivo solo da nombre a una etapa de la vida.
Si bien esta fórmula recorta las posibilidades expresivas del español y llega a afear el discurso, no agrede la naturaleza del idioma como el empleo de la arroba para aplicar simultáneamente el masculino y el femenino a una palabra (los italian@s) o fórmulas como los/las italianos/as o los italianos y las italianas. Esta última ha calado con gran fuerza en muchos políticos y sindicalistas, que siguen recurriendo a ella pese a la reciente publicación del análisis Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer, donde el profesor y académico Ignacio Bosque critica esos excesos desde el sosiego y la prudencia, pese a lo cual ha sido objeto de desaforados ataques.
Aquí hay muchos ciudadanos, pero poca ciudadanía.