Hoy vamos a dejarnos de iPhones, iPads y de ese Nexus One del que próximamente os hablaré para retomar uno de esos temas un poco más alejados de la temática más habitual del blog.

¿Os acordáis de la Yikebike? Siempre me ha interesado el tema de los medios de transporte alternativos, especialmente en el caso de los desplazamientos cortos en las grandes ciudades. De vez en cuando vemos alguna noticia sobre un nuevo prototipo, generalmente basado en las bicicletas, pero desgraciadamente estos no terminan de calar, al menos en el caso de España. El caso de los Segway esto ha sido un poco distinto, ya que, quizás impulsados por su uso especialmente en unidades de policía de algunos países (siendo Nueva York el ejemplo más típico) e incluso en el cine y la televisión, este medio de transporte es cada vez más conocido entre el público en general.

Segway y la policía (vía dailymail.co.uk)

Este es un vehículo que se desplaza gracias a un motor eléctrico (con lo que estamos ante un medio de transporte ecológico, al menos en cuanto a sus emisiones) y que se controla mediante una serie de giroscopios con el propio equilibrio del cuerpo. Básicamente, si inclinas el peso de tu cuerpo adelante avanza, si lo haces hacia atrás frena o retrocede y, si giras a un lado (o mueves el manillar) gira sobre su propio eje en ese mismo sentido. Además de la controlar la orientación de nuestros movimientos, el grado de inclinación de nuestro cuerpo determinará también la velocidad (a más inclinación, más velocidad). Aunque la palabra «equilibrio» infunde cierto respeto, lo cierto es que a los pocos minutos de probarlo ya te desplazas de manera totalmente intuitiva y natural. De hecho, los momentos en los que mejor me manejé con él coincidieron con aquellos en los que más centrado estaba en la conversación con mis acompañantes y menos en «conducir». Por otra parte, el propio Segway nos ayuda a mantener el equilibro. Así, si por ejemplo cargamos demasiado nuestro peso hacia delante, el Segway oscilará inmediatamente en el sentido contrario para corregir este exceso de inclinación.

Como una imagen vale más que mil palabras y un vídeo ya ni te cuento, os demuestro a continuación que cualquiera puede manejar uno de estos equipos 🙂

En la actualidad sin duda donde más han calado los Segway ha sido en cuerpos específicos (como la policía de proximidad) y para ciertas aplicaciones del mundo empresarial (como transporte en grandes naves industriales, aeropuertos, etc.). Creo que para desplazamientos cortos en ciudad resulta ideal, por lo que personalmente me encantaría que poco a poco fueran teniendo más éxito y que entrásemos así en la bendita espiral de más mercado > baja el precio > más mercado… hasta convertirse en una alternativa real en cuanto al precio.

Instrucciones antes de ponerse en marcha, perdiendo el miedo inicial

Otra de sus aplicaciones estrella en la actualidad es el turismo, ya que los Segway pueden avanzar tan lento como un peatón si se desea, ocupan poco más espacio que una persona y, por lo tanto, resultan ideales para disfrutar de la visita por una ciudad sin tener que estar más pendientes del tráfico que de lo que nos rodea. Cabe destacar en este sentido que los Segway están diseñados para circular por la acera y no por la carretera. Además de la posibilidad de alquilar un Segway, en muchas provincias españolas ya se organizan tours guiados. Yo disfruté de uno de estos tours animado por el tuitero @mdibuja y no puedo dejar de recomendároslo. No es especialmente barato, pero me parece una experiencia cuando menos curiosa que además estuvo perfectamente organizada y amenizada por la gente de Segmovi, el concesionario oficial Segway para la provincia de Pontevedra.

Como viene siendo costumbre, me despido con una pregunta: ¿Qué pensáis de los transportes alternativos para la ciudad y de este modelo en particular?

Saludos,

Doalvares