La Voz de Galicia
Serantes
Tecnología y productividad en movilidad
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La noticia de que RIM pondrá a la venta antes de finalizar el año su tablet Blackberry PlayBook trae de vuelta la discusión acerca de la capacidad de innovación que tienen algunas empresas y la capacidad de réplica que tienen muchas otras.

Los Tablet no son nada nuevo…nunca lo han sido

Los Tablet existen desde hace años; fundamentalmente se extendieron en el ámbito profesional cuando se empezaron a comercializar bajo la forma de UMPCs (Ultramobile PCs), como aquellos Asus R2H o los OQO que a muchos nos llenaron primero los ojos y después las manos, pero que en todos los casos no duraron más de unos meses de uso por mi parte.

El problema estaba en la forma de uso que ofrecía el sistema operativo (Windows XP) y el tener que trabajar con las pantallas de entre 5″ y 7″ en las que se hacía insufrible la tarea de escribir un documento, realizar una búsqueda o consultar el correo electrónico para emitir una respuesta si era necesaria. Pero los Tablet estaban ahí, al alcance, como un proyecto de Microsoft bajo la denominación Origami.

Apple acertó con la interfaz

Cuando Apple anunció su iPad, el formato de tablet no convencía (todavía no lo hace para muchos geeks) y sin embargo ha sorprendido la cantidad de dispositivos que los usuarios han ido adquiriendo en muy poco tiempo. El secreto estaba en dos ejes principales: la interfaz táctil que Apple aprendió a mejorar con el iPhone y sobre todo los millones de «apps» descargadas que venía a avalar el gusto del sistema por los compradores.

RIM Blackberry hace lo que tiene que hacer

Y ahora estamos viendo cómo los demás fabricantes han puesto rumbo hacia la estela que ha dejado el iPad de Apple y no se lo piensan dos veces cuando se trata de imitar sus características internas y sobre todo sus características externas. Es la hora del Blackberry PlayBook y como no podía ser de otra forma, RIM ha copiado muchos aspectos del iPad pero se ha esforzado y mucho en añadir características y algo muy importante, poner en valor la conexión entre sus dispositivos Blackberry y el PlayBook, de forma que los millones de usuarios que están felices con su «móvil para correo e.» pueden ahora encontrar un compañero ideal para acompañarlo cuando están en movilidad y necesitan una pantalla más potente para la edición de documentos, la gestión más completa del correo electrónico o bien la utilización de archivos multimedia con una pantalla espectacular.

¿Es justo?

Ahora mismo me debato entre dos sensaciones: la admiración por la sangre fría con la que RIM ha sabido exponer en su página web las características de su futuro equipo, siempre haciendo hincapié en las que mejoran de manera notable las del iPad y por otra parte la sensación de que han sido unos simples aprovechados que tan sólo han recogido las necesidades que los usuarios de sus dispositivos les demandaban y las han empaquetado en un equipo idéntico al iPad tras una visita por los centros tecnológicos de Shenzhen, esa pequeña gran ciudad donde todos los trapicheos tecnológicos de este siglo están teniendo lugar y que ha visto cómo se han convertido en un gigante de la tecnología, duplicado su población cada 3 años y abandonado su origen de pescadores.

¿Habrán visitado los canadienses de RIM las fábricas de chips de Shenzhen?

Saludos

David Serantes