Estoy madurando. Sé que es una aseveración totalmente obvia desde el momento en que me acerco a la temida cifra de 40 tacos de calendario en tan solo unos meses; sin embargo me refiero esta vez a la madurez tecnológica o mejor expresado: la madurez en el uso de la tecnología móvil.

Si ya en agosto de 2013 sentía, al descubrir el término Phubbing, que es necesario tomar consciencia de cómo ignoramos a los que tenemos al lado en favor de una pequeña pantalla de cristal, ahora de nuevo vuelvo a la carga con un intento de sensibilización sobre el asunto.

Acompaño la entrada con un vídeo que es tan gráfico (un vídeo tiene que ser gráfico, digo yo) que todas las personas que llevamos con nosotros un móvil con conexión a Internet sin duda identificaremos alguna de las situaciones recreadas como propias.

La solución al fenómeno es muy sencilla: desconectar, apagar, silenciar, anular, evitar, toda la información que no necesitamos y llega a través de la pequeña pantalla de tu dispositivo móvil.

Seguro que ese correo e. puede esperar a que acabes de hablar con tu colega de trabajo.

¿No prefieres el abrazo de tu amigo en lugar de consultar tu red social favorita mientras te cruzas con él en la calle?.

Cuando estás con tu hijo y lo llevas de la mano, seguro que te gustará más ver sus ojos y su sonrisa que los mensajes pendientes de tus grupos de Whatsapp.

Estas son solo un par de situaciones en las que la balanza se declinará por el apagón del móvil, pero seguro que hay cientos de situaciones en tu día a día que necesitan que tomes una decisión. Actúa, no dejes que el móvil sea el que te aleje de los que tienes delante de tus narices. Nada es más importante.

¿Vas a apagar o «dar la vuelta» a tu móvil más veces al día?

Saludos

David Serantes