La Voz de Galicia
Ventana abierta a todo lo que «se cuece» por la Red
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A pesar de que ya sé que no es un tema de hoy (varios medios se hicieron eco de la noticia durante el fin de semana), sí que me gustaría recuperarlo en este blog por la eterna pugna que tengo con mis amigos sobre si abrir o no un perfil en Facebook (ya adelanto que caeré…). Pues bien, y a pesar de todas las ventajas de la red social -que en ningún caso minimizo- lo cierto es que colgar fotos en ella también puede conllevar algunos riesgos, como el que ha tenido que sufrir en sus carnes el insigne nuevo director de discursos de la Casa Blanca, Jon Favreau, de tan solo 27 años.El joven, que hasta ahora era famoso por su meteórica carrera (hizo prácticas en el 2004 en el equipo de campaña de John Kerry y comenzó a trabajar con Obama en el 2005 convirtiéndose más tarde en el jefe de escritores de sus discursos), protaniza ahora miles de comentarios en la Red por una serie de fotografías que colgó en su página de Facebook y que, a pesar de que tras su nombramiento, se apresuró a quitarlas y a dejar tan solo la del perfil, ya era demasiado tarde. Tal y como apunta The Washington Post, los internautas habían sido más veloces y la instantánea ya circulaba a toda velocidad por Internet. Ahí sigue: wash.jpgEn una de las imágenes se aprecia cómo un amigo ofrece una cerveza a los labios de una reproducción de Hillary Clinton a tamaño real, mientras Favreau echa mano al pecho de la «ex rival del demócrata» en las primarias. En otra, se ve al joven bailando con la silueta de la todavía senadora por Nuena York.Eso sí, y a pesar de que en otro momento, en otro país o en otro partido, este hecho le habría podido costar a Favreau su aún no estrenado puesto, lo cierto es que parece que este pequeño escándalo (recordemos que tan solo estaban de fiesta) no va a pasar de ahí. Mientras que un portavoz del equipo de transición del presidente ya se ha apresurado a indicar que el director de discursos ha pedido disculpas a la senadora, entre el gabinete de Clinton la broma parece haberse acogido con comprensión e, incluso, el asesor Philippe Reines ha afirmado que las fotos sirven para demostrar que las antiguas rivalidades son cosa del pasado.Sea como sea, lo cierto es que el hecho invita a la reflexión y a la precaución: las mismas redes sociales en las que Obama se ha apoyado y se apoya, pueden jugarle una mala pasada.