La noticia no es nueva y posiblemente ya la hayais leído en más de un medio. Pero me resisto a no dedicarle un post-it. Sus protagonistas, la sátira que encierra y las más de 350.000 visitas en Youtube lo justifican.
La serie a la que me refiero no es otra que Isla Presidencial, ese proyecto en línea creado por los jóvenes Andrés Ravell, hijo del ex director de la cadena venezolana opositora Globovision, Oswaldo Graziani y Alvaro Mora, bajo el sello Chigüire Bipolar. En ella, y al estilo de la exitosa y televisiva Perdidos, doce náufragos se ven obligados a sobrevivir en una remota isla sin comida y, sobre todo, sin poder. Pero en este caso los protagonistas de semejanta hazaña no son Jin, Sawyer, Kate o Jack sino doce mandatarios iberoamericanos dispuestos a luchar por ser el líder con las mejores capacidades para dirigir al grupo hasta que vengan a rescatarlos a la isla. Así, y convertidos en simpáticas caricaturas animadas, los presidentes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Nicaragua, Perú, Venezuela o España (junto a Zapatero también se incluye al Rey), se desenvuelven en irónicas e irreverentes escenas como auténticos Robinsones Crusoes.
La serie comienza cuando en el marco de una imaginaria 74ª Cumbre de líderes iberoamericanos, el anfitrión, el presidente brasileño Lula da Silva, invita a sus homólogos a dar un paseo en su barco. El propio mandatario carioca se coloca al timón del mismo, flanqueado a su izquierda por Chávez y a su derecha por el presidente colombiano, Álvaro Uribe. Es entonces, y en medio de una fuerte tormenta, cuando comienza la discusión entre ambos políticos, acérrimos adversarios, para intentar virar cada uno el barco hacia su lado. Ninguno de los dos saldrá airoso de la situación…
En el capítulo, lanzado el pasado 23 de febrero y en el que no se salvan de la caricatura ni el propio monarca español, también tienen sus segundos de gloria la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien aparece como una bomba sexual decorada con cocoteros, el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, revestido de indomable indio, o un asustadizo Evo Morales.
Los creadores de la serie, que ya en el 2007 lanzaron la también exitosa «Nada que ver», de estética muy parecida a la actual, en la que parodiaban a personajes de la farándula y a políticos, esperan poder lanzar otros tres o cuatro episodios más, en los que, al igual que en Perdidos, todo puede ocurrir. Además, los jóvenes autores, quienes echan mano de Facebook y Twitter para promocionar su Isla Presidencial, ya avanzan que no descartan la incorporación de más líderes o la salida de algún otro.
Tan solo un anticipo para el próximo capítulo: la mandataria chilena Bachelet, que acaba mandato, saldrá del show.