Como era de esperar, tan solo unos minutos después de que saltase a los medios la noticia de la muerte del escritor Francisco Ayala, las condolencias comenzaron a llegar al perfil que tiene en la red social Facebook, la misma en la que el autor compartió con sus admiradores algunos acontecimientos vividos en los últimos meses.
Desde el pasado marzo y movido por su ideal de «estar en el mundo de hoy, no en el de hace 50 años» e instigado por la Biblioteca Nacional, el ensayista granadino puso en marcha este rincón digital, alimentado con reflexiones sobre ciertos acontecimientos de su propia vida, como su 103 cumpleaños, y acompañado de su bibliografía y de algunas fotos de su álbum familiar, en las que pueden verse, entre otras, una imagen de un joven Ayala en el Café Gijón de Madrid u otra con su actual esposa Carolyn Richmond.
A pesar de la escasa actualización de la página y de que el hecho de abrirla fuese simplemente una postura vital de alguien que procuraba adaptarse a los avances, lo cierto es que la misma contó con cerca de 1.500 admiradores, unos internautas que en el día de su fallecimiento han querido dar al gran novelista su último adiós.
Si la propia Biblioteca Nacional ha publicado este comentario -«Adiós Don Francisco, la Biblioteca Nacional siempre guardará con inmenso cariño su afable sonrisa y su jovial mirada»-, los distintos usuarios de Facebook no han dudado en mostrar su gratitud por su contribución a la literatura española. En distintas entradas se pueden leer recuerdos hacia su tierra granadina o menciones a su particular sentido del humor o a la «lucidez» que le acompañó hasta los últimos días de su vida. Así, las dos palabras más repetidas son «gracias» y «maestro».
Yo me quedo con una reflexión que el escritor introdujo el pasado 16 de marzo: «Doy las gracias al mundo por haberme consentido seguir adelante y cumplir durante todos estos años lo que creía que era mi obligación de hombre y de ciudadano».