Nos han engañado. Alguien, en algún momento, dijo que los teléfonos con conexión a Internet y todas las capacidades añadidas que esta característica aporta eran inteligentes y nosotros nos quedamos tan tranquilos. Más que eso, nos relajamos tanto que cedimos la responsabilidad sobre nuestra propia inteligencia a los «aparatitos conectados» como dice alguien que conozco bien.
Ya sé que todos tenemos el mismo tiempo. Claro. Pero ese tiempo común es repartido de forma diferente por cada uno de nosotros. Tú lo utilizas de una forma exclusiva, diferente a la mía y a la de Julio Iglesias, Amancio Ortega o Jesulín de Ubrique. Todos tenemos la misma cantidad de tiempo, repartido en función de los hábitos y las necesidades que tenemos.
Según un estudio de la prestigiosa consultora Nielsen, empresa que suministra los mejores datos sobre medición e información de lo que vemos, escuchamos y compramos, estamos dedicando nuestro tiempo a cuestiones muy variadas, pero entre ellas la TV, la conexión «online» y la conexión móvil son las principales. Y cada día aumenta el tiempo de conectividad con nuestros dispositivos móviles.
Tiempo medio por persona y plataforma en Diciembre de 2013
Son muchas horas al mes que empleamos con nuestros dispositivos móviles y para conseguir esa suma mensual, está claro que cada día hay que aportar pequeñas cantidades de tiempo. Y es ahí donde se encuentran nuestros nuevos hábitos. Actos que se han convertido en reflejos, como poner la alarma-despertador en la app de nuestro móvil, apagarlo en cuanto toca por la mañana y proceder a hacer una revisión de nuestro correo electrónico antes de poner un pie en el suelo, ya desde la cama, es algo habitual. Algunos todavía van vamos más allá y con la satisfacción de las necesidades fisiológicas también incorporamos una revisión a los comentarios en nuestros blogs, el estado de nuestros contactos en las redes sociales y por supuesto una revisión «en diagonal» de las principales noticias del día. Y aún no hemos salido del pijama, nos queda día por delante.
El tiempo que hemos dedicado a estas rutinas no lo hemos dedicado a pensar en otras cuestiones y tenemos que plantear si los beneficios que nos han reportado todas esas consultas «vía móvil» son suficientes para nosotros. Si de forma sincera decidimos que sí lo son, adelante, no tenemos que preocuparnos por nuestras rutinas matinales y las que le seguirán durante el día. Pero ojo, si en algún momento pensamos que no estamos satisfechos con ello, es el momento de actuar. Podemos cambiar la forma en la que nos relacionamos con nuestros dispositivos móviles. Nosotros somos los que ya teníamos la inteligencia (smart) antes que los móviles y ellos antes eran los tontos (dumb). No lo deberíamos de olvidar, de lo contrario, ahora ellos serán smartphones y nosotros simples dumbpeople.
La preocupación aparece si ellos son smartphones y nosotros dumbpeople
Saludos
David Serantes
Totalmente de acuerdo con lo que aportas en este artículo. Es triste pero es así, los dispositivos tecnológicos móviles nos invaden de forma que el tiempo pasa y ni nos inmutamos dejando de lado cosas que realmente sí merecen ser atendidas.
@Marta Blanco, gracias por pasarte a comentar. Realmente el botón que menos conocemos y utilizamos de nuestros smartphones es el más importante: el de apagado.