La Voz de Galicia
Serantes
Tecnología y productividad en movilidad
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Hace 4 años todo el mundo empezaba a hablar de los ordenadores de bolsillo (ODB); muchos los llevabamos encima, otros los habían visto en la Internet y otros estaban pensando en el recambio de su agenda de papel y su bolígrafo favorito por una «pda». Todavía no sabían muy bien qué podían hacer con ella, pero estaban convencidos que era el futuro.

En estos años venideros he podido ver como muchos de los que me rodeaban y muchas personas en las empresas en las que tuve ocasión de trabajar como consultor externo iban incorporando los ODBs a sus vidas cotidianas. El escenario donde más se notaba su inserción en el ámbito laboral era en las reuniones.

Imaginad una sala de reuniones con mesa para 12 personas, donde el 80% de los que ocupaban silla, justo antes de empezar la reunión sacan su ODB y lo ponen encima de la mesa, ¡acongojante!.

Hubo un tiempo en el que muchos estuvieron detrás de un equipo de bolsillo por el simple hecho de que no querían ser los últimos en subirse a la ola. La consiguieron y en muchos de los casos, no la utilizaron más de un par de meses, no era lo suyo y la agenda de papel o incluso un buen puñado de «Post-it» repartidos en una libreta cumplía de sobra con la función principal de anotación de recordatorios y tareas pendientes.

Después de esta época de ansiedad por tener un ODB, la mayoría de las empresas empezó a facilitar esta tarea a muchos de sus empleados, pues de repente, los móviles empezaron a integrar un ODB, o los ODBs empezaron a integrar la función de telefonía, como lo querais entender.

Lo que sucedió con esta tan esperada «convergencia» fue que el tener un ODB ya no era símbolo de avance tecnológico o de estar por delante de los que no tuvieran un ODB, simplemente significó en muchos casos que tu empresa había pasado de entregar como teléfono de empresa un Nokia 3310 a entregar un Qtek S100 y tú no podías hacer nada para «evitarlo».

Ahora, estamos ante un mercado maduro de ODB, el que tiene un equipo lo tiene porque sabe lo que quiere hacer con él, porque alguna de las múltiples funcionalidades le resulta imprescindible, sea la gestión de la agenda (contactos, calendario), la navegación GPS o el correo «push» que tan bien llevan por ejemplo los BlackBerry de RIM.

A la vez que los usuarios hemos alcanzado cierta madurez y no somos tan conformistas o superficiales como hace unos años, nos hemos encontrado con una situación en que los equipos, guiados por los diseñadores y empresas que los fabrican, no acaban de ofrecer tanto como lo que el usuario quiere; todos ofrecen un poquito de  cada cosa, y a nosotros usuarios, nos falta el equipo que haga mucho de lo que necesitamos y mirando hacia la utopía, el equipo que haga mucho de todo lo que le pedimos; sin engaños, esto no existe, ni existirá, o nos quedaremos cortos o nos pasaremos de largo, pero el equipo perfecto, aunque nos hayamos preparado para él, no ha llegado ni nunca llegará.

El mercado y los usuarios están maduros, pero los fabricantes todavían no lo están.

Saludos

David Serantes