La Voz de Galicia
Serantes
Tecnología y productividad en movilidad
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Lo acabo de hacer otra vez.

Hace unas semanas vi un MacBook, el nuevo, me gustó, pero también vi el MacBook Air de nuevo en la mesa central de la Play Store, el Apple Premium Reseller de A Coruña.

Y digo que lo he vuelto a hacer porque resulta que algo me sucede cuando estoy delante de equipos que son extraordinariamente bellos, como el MacBook Air: no puedo evitar conseguirlos.

En otras ocasiones anteriores esto me sucedió también: la primera fue con la Palm Tungsten T, también con el Palm Treo 650, luego me sucedió con el Nokia 8910, el Nokia 8800, el Apple PowerBook de 12″, el Apple iPhone y ahora, la última vez, el Apple MacBook Air.

Y es que no lo puedo evitar, ante equipos que son así de espectaculares en diseño y en utilidad, no voy a ser tan necio de comprar por comprar estética pura y dura, se me enerva la vena aorta y hasta que no lo consigo no estoy tranquilo.

Esto puede equivocar la mente de un tecnófilo. Alguien adicto a la tecnología puede llegar a pensar que cada nuevo equipo que sale al mercado, habitualmente rodeado de un apabullador marketing, grandes rumores en la red de redes y seguimiento milimétrico por portales especializados y blogueros de todo el muno, es el equipo de sus sueños. Pero estará equivocado. Sólo muy de vez en cuando el equipo es ESPECIAL.

La impresión que me ha dado el MacBook Air es todavía mejor que la que me dio el día que lo vi en una estantería de la Fnac y lo «sopesé». Al arrancarlo, tocarlo, tu pantalla, su teclado y su iluminaición, los acabados megaprofesionales que ofrece, me lo han gritado a la cara: este equipo es especial.

No necesito mucho tiempo para saberlo, ni probar cómo corre aplicaciones. Este equipo es justo el que yo necesito y no quiero transmitir que es un equipo perfecto para la mayoría; repito, es el equipo perfecto para el uso que yo le doy. Yo escribo mucho en el Mac, navego cuando tengo ocasión y últimamente también he aumentado la grabación de episodios de Podcast o Videocast y las conferencias necesarias para llevarlas a cabo Para todo ello el MacBook Air es más que potente y además de dar la calidad necesaria en el aspecto técnico, también ofrece el nivel de hardware propio de equipos inolvidables y difíciles de arrancar de tus manos.

Hace unos minutos lanzaba un Twit en Twitter, en el que proclamaba que en estas tempranas impresiones sería totalmente objetivo y lo estoy siendo. No confundo la euforia de las palabras escritas con la pérdida de capacidad de análisis. Todavía tengo mucho que ver de mi MacBook Air, sin embargo ahora tengo la sensación especial de haber comprado bien, ya no sólo de precio, que ha sido muy bueno, sino también por haberme agenciado un equipo duradero que me proporcionará buenos momentos a nivel de ocio, ya que a nivel laboral sigo estando obligado a utilizar el Windows por narices.

Lo que he hecho tan pronto he arrancado el equipo, además de las comprobaciones básicas de rigor en cuanto a verificación de condiciones, accesorios, estado de todo elmaterial, etc. ha sido enchufar mi disco duro Time Machine (backups del MacBock realizados en un disco de LaCie de 320 Gb) y plagiar el MacBook que antes tenía para que todo absolutamente todo estuviese hoy a las 21 horas en mi MacBook Air como estaba ayer a las 21 horas en mi MacBook «blanquito». Esto no sé si se puede hacer en Windows, pues hace años que no cacharreo con Windows, pero en Apple es tan sencillo que dan ganas de contarselo a todo el mundo en modo evangelización de los PeCeros.

Y los segundo que he hecho, pues enchufarlo a la red WiFi de mi casita, conectarme al Blog de Serantes y escribir estas primeras impresiones que he intentado llevar lejos de lo habitual en otras primeras impresiones. Otros ya lo han hecho antes que yo y podeis ver esas impresiones, las de DaveiMac, en una entrada del mes de agosto de 2008, aquí.

Seguiré contanto cositas sobre el MacBook Air y tamibén estos días intentaremos hacer un Podcast o Videocast sobre el MacBook Air.

Lo dicho, lo acabo de hacer otra vez, he caído en las garras de Apple.

Saludos

David Serantes