Es una pena pero lo voy a plasmar tan crudo como lo he vivido estos tres últimos meses. La vida 1.0, en muchos aspectos, se aleja tanto de las capacidades de la vida 2.0 que no te deja más opciones que olvidarte de ella, alejarte e incrustar tus morros contra la web, la Internet y el mundo virtual.
Esta reflexión simple la he deducido después de estar buscando un libro (Los principios del 80/20) desde mediados del mes de diciembre de 2008 en varias librerías de mi ciudad. Me lo «encargaron» en varios sitios, uno de los cuales incluso me dijo que me enviaría un SMS a mi móvil cuando le llegara el libro: NUNCA LLEGÓ EL SMS Y TAMPOCO EL LIBRO. Otra también lo intentó pero me dijo que cuando llegase me haría una llamada: NUNCA LLAMARON. Y otra de ellas me dijo que lo tenía en su base de datos, que lo había pedido para un cliente pero que cuando le llamaron para enviarlo este ya lo tenía y finalmente lo devolvieron, ¡toma ya!.
El caso es que he preguntado en varias ocasiones entre enero y febrero en la primera de las librerías porque me dio confianza la forma en la que me atendieron y además se veía que les preocupaba que no acabase de llegar el pedido. Hoy he vuelto a pasar por allí y resulta que tampoco estaba…se acabaron las oportunidades, se acabó el perder tiempo, me lo compraré en una librería virtual, luego se quejarán los libreros de la Internet y es que si no se adaptan a los nuevos tiempos morirán, es ley de vida.
Me he propuesto no volver a pisar una librería y comprar todos mis libros directamente online, bien en formato digital o en papel y por supuesto buscar recursos gratuitos hasta debajo de las piedras.
La vida 1.0 ha perdido un cliente que cada vez está más a gusto en la vida 2.0. Ella lo ha querido ;-).
Saludos
David Serantes
¡Pero qué razón tienes! Para ése tipo de cosas algo complicadillas de encontrar, sea un libro como en tu caso o cualquier otra cosa, intentar comprarlas en la vida 1.0 es, como poco, perder el tiempo. Vete a la tienda, encárgalo, y reza para que llegue. Y si hay suerte y llega, vete otra vez a la tienda, y paga muchas veces más que si lo hubieras comprado online y te lo hubieran llevado a la puerta de casa.
Aunque claro, hay otras cosas, más comunes, que al menos a mí sí me gusta comprar en la vida 1.0, que al fin y al cabo también hay que premiar el esfuerzo y buen trato diario de los que están al pié del cañon.
Uff … demasiado drástico para mi gusto. Creo que aún nos faltan muucchhooss años para poder hacer eso que dices de dejar la vida 1.0 y pasar a la 2.0 (en la web ya irán por la 7.0 XD), lo que hacemos ahora no son más que migajas de lo que se podría. Tiempo al tiempo.
Cómo me recuerda esta historia a mi compra de la Time Capsule que creo que comenté aquí. Quise comprarla en la tienda Apple de Vigo como pequeña contribución (porque claro, luego nos quejamos de que solo abren tiendas así en las ciudades más grandes) y salí realmente escaldao..
Me pasó lo mismo en la misma ciudad cuando me decidí a ampliar la ram de mi Imac, que decidí (craso error) que era más rápido comprarla en tienda física, al final después de ir 4 veces, de peinar todas las tiendas de la ciudad, acabé recurriendo a Inet. En una semana tenía la ram que en 3 semanas no fui capaz de conseguir a través de tiendas físicas.
Pues yo compro muchisimo a traves de la web, pero los libros, salvo en casos como el de Serantes prefiero comprarlos mil veces en una libreria que en internet.
Yo opino igual que Darknight… el encanto de una libreria de barrio, no lo tiene una web por muy 2.0 que sea… pasearse entre las estanterias de libros, hojear alguno interesante, «tocarlos» es algo que no se puede hacer en internet…
Y las librerias «de viejo» las que venden de segunda mano y antiguo… en internet no hay de eso. Esta claro que en internet me puedo bajar «los mitos de Ctulhu» de HP Lovecraft en cualquiera de sus versiones, pero encontrarse una copia de editorial Alianza en la libreria de segunda mano de la esquina… y hojearla un rato, (a pesar de que ya tengo una copia en papel) es algo que en la web 2.0 no te da las mismas sensaciones. Y si el librero da conversación, te pasas un rato agradable entre libros, y de paso igual te llevas algo para leer en una tarde aburrida de domingo.
El problema que yo veo es que muchas tiendas, en lugar de potenciar ese contacto directo con el cliente (y de este con el producto) lo que están haciendo es convertirse en meros expendedores de productos. Cada vez trabajan más bajo petición, porque así ahorran costes, pero ese camino solo lleva a su desaparición 🙁
En muchas tiendas de mi ciudad, la cual adoro, los dependientes no saben tratar a los clientes y eso es lo que me ha llevado a adoptar esta postura de «abandonarlos». Quizá deba explorar otras librerías de otras ciudades para verificar esas conversaciones tan maravillosas que algunos decís que se pueden llevar a cabo con libreros. Por ahora yo sólo las he visto en películas, pero en fin, si vosotros lo decís le daré una oportunidad a esa opción.
Abrazos
David Serantes