En Goponygo, página hermanada con Serantes.es, han publicado hoy esta nota sobre la «moda» de hablar desde el móvil en el avión, que parece que ha aterrizado en Ryanair, nunca mejor dicho.
Que Ryanair haga contactos con las operadoras españolas para gestionar el modelo de negocio a seguir para exprimir un poco más a los clientes no me sorprende, ya que he conocido en carnes propias las artimañas de la operadora de vuelos «rateros»=bajo coste cuando tras haber comprado un vuelo a Londres nos comunicó a las dos semanas que pasaban la salida del día 9 de abril al día 10, nada menos. Nos han «obligado» a devolver aquel vuelo, imagino que para venderselo a alguien que esté dispuesto a pagar más, sea particular o gran operador de viajes y buscar como locos otra opción, que ha acabado siendo volar a Londres desde Oporto, con el gasto de tiempo, desplazamiento y hotel que esto conlleva. En fin, mi historia con los vuelos, las reservas, los aviones, las tripulaciones y los aeropuertos daría para escribir un libro, pero eso es otra historia, ahora, tras el latigazo de rigor a Ryanair, paso a comentar lo que me parece a mi que se permita hablar por el móvil en los vuelos, sean domésticos o de largo recorrido.
Creo que el teléfono móvil y su utilización en general no se hace con respeto a los que están alrededor de manera general y en particular en los aeropuertos su utilización «contra» los demás suele ser habitual.
Me refiero a cuando el que está a tu lado inicia una conversación de la que parece querer hacerte partícipe, hablando con un tono de voz mucho más alto que el habitual y verficando con la mirada periódicamente que tú te estás enterando. Es que si en un aeropuerto alguien habla por teléfono se asimila a una persona superocupada y con una vida muy ajetreada, o eso es lo que me da la sensación que sucede.
También te encuentras con los que mantienen la conversación hasta en la cola de facturación, en la cola de acceso al embarque, colcando la chaqueta o la maleta en «el compartimento sobre sus cabezas», mientras te arrollan para pasar a su asiento de ventanilla estando tú en el del pasillo e incluso cuando la tripulación está empezando a realizar el teatrillo de las normas de seguridad.
Si todo esto, como a mi, te carga las tintas contra los que así actúan, imagínate que esos hombres y mujeres tan atareados y necesitados de comunicación tienen la oportunidad de hablar por sus aparatos también durante el vuelo…será horrible. Yo que me duermo casi en el instante en que mi cabeza roza el asiento del avión, ¿cómo seré capaz de soportar el cotorreo incesante de la ejecutiva dicharachera o el super yuppie que necestia ordenar la compra de sus acciones en el vuelo de 50 minutos entre Barajas-Madrid y Alvedro-Coruña?.
Por ahora tenemos un salvador y se llama dinero. El precio de las llamadas, envíos de SMS y correos electrónicos hará que más de uno se lo piense y es que comunicaciones desde el avión soportan la más cara de las tarifas de itinerancia: de 2 a 3 euros por cada minuto de voz y 0,50 euros por cada mensaje de texto. Y si quieres mandar correo electrónico o navegar por la web con el móvil, prepara entre 1 y 2 euros por cada MB de datos transferidos, según comenta Albert Cuesta en parasaber.com.
Imagino que del mismo modo que en sus tiempos hubo «separación» entre los fumadores y no fumadores, también ahora nos separarán a los habladores de los no habladores ;-). ¿En qué zona pedireis vuestros billetes?
Saludos
David Serantes
Creo que se debería dejar solo la transmision de datos, sms, correos, etc. Esto no molesta tanto y si que ayuda a mucha gente porque cada vez mas dependemos de la nube. Yo particularmente prohibiría las llamadas de voz pero dejaría el acceso a internet o mandar mensajes. Sin duda debe ser un toston no solo a un yuppie sino a cualquier chulomovil que le gusta fardar de poderío económico ya que ahora será una muestra más de estatus por el precio que cuesta.
Espero que la tripulación pueda manejar este nuevo problema, si son profesionales (que suele ser así) podrán un poco apaciguar al individuo/a en cuestión.
Hola pacxxi!
Me uno a esa propuesta, con la conexión de datos no hacen daño a nadie, pero más allá de eso, cualquier molestia a los pasajeros sería una vuelta atrás, como cuando se permitía fumar en los aviones o en los autobuses.
Es muy cierto lo del status por el móvil he visto verdaderas «luchas de poder» en alguna reunión en las que cual pistoleros del lejano oeste cada uno de los participantes iba poniendo su móvil/odb encima de la mesa y de alguna forma midiendose con el de al lado. Verdadero bochorno para el que se queda más desfasado tecnológicamente que lo que suele hacer es guardarse su equipo en el bolsillo y dar un paso atrás.
Ahora en serio es una pena que hayamos llegado a este momento en el que molestar a los demás con el móvil está aceptado y ya nadie recrimina a nadie por tener que estar aguantando su conversación.
Saludos
David Serantes