La Voz de Galicia
Serantes
Tecnología y productividad en movilidad
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Nueva edición de la sección «De lujo». En esta ocasión volvemos a contar con un enganchado al mundo Palm que maneja su Blog a base de enseñanza para todos los que lo leemos, ¿de quién se trata?

Con el lanzamiento del Treo 700p por parte de Palm, falta un poco menos para que el último modelo de dispositivo portátil con PalmOS vea la luz.
Es algo irremediable, PalmOS nació en 1996 como sistema operativo de un aparato que tenía 128Kb de RAM y conectividad por puerto serie. A lo largo de su historia, ha sido modificado para soportar más y más características. Y simplemente, tras tantos parches y remiendos ya no da más de sí. Su competidor, Windows Mobile, ha puesto el listón tecnológico muy alto, y es más fácil hacer un nuevo sistema operativo desde cero, que intentar añadir multitarea y demás florituras a PalmOS.

En algunos meses, veremos cómo es el sistema operativo ALP basado en Linux pero, desgraciadamente, el futuro de los programas escritos para PalmOS será un emulador, igual que ya existe en Windows Mobile. Por fin ese vetusto sistema operativo habrá quedado como parte de la historia, y los consumidores podrán disfrutar de algo mucho más avanzado.

Sin embargo, yo no estoy esperando este cambio. Acostumbrado a utilizar PCs que requieren un mantenimiento constante, y que pueden fallar en el peor momento, la simplicidad y robustez de mi Palm me sorprendió cuando la compré. Pulso un botón, y todos mis datos se transfieren de ella al PC. Pulso un par más, y cuando algo no funciona como debería en un minuto tengo el aparato igual que cuando lo compré. Siguiendo el famoso «Zen de PalmOS», no hay operación en una Palm que requiera más de dos pulsaciones. Mis amigos con móviles Symbian, o PocketPC, quedan anodadados de lo que tardo en activar el bluetooth: un trazo diagonal, y hago tap en el icono… ellos aún están navegando por los interminables menús para encontrar la opción.

Le he hecho las mayores perrerías a mi Palm. He tenido que mandarla una vez al servicio técnico, porque ni siquiera era capaz de arrancar. Sin embargo, no he perdido una sola cita del calendario, ni un número de la agenda. Nunca me he preocupado, porque con un hotsync todo estaba ahí. Siempre ha funcionado, y he llegado a confiar en ella como nunca lo he hecho con ningún otro aparato electrónico. En la vorágine actual de aparatos que hacen muchas cosas pero mal, me siento afortunado de haber encontrado uno que se centra en menos cosas pero muy bien. Doy un voto de confianza a los nuevos aparatos, pero mientras tanto seguiré utilizando mi Palm con ese anticuado sistema operativo.