La Voz de Galicia

El agnóstico

Un matrimonio amigo me invitó a tomar café en su casa nueva en Vila Pompeia, un barrio italiano de Sao Paulo que, como ocurre con todo aquí, mezcla en realidad todas las procedencias, las edades, las razas y cualquier condición social. Esta potencia mezcladora de Brasil siempre me conmueve. Aproveché la conversación para preguntar muchas cosas. Por ejemplo, cuántos motoristas hay en Sao Paulo y cuántos de ellos son mensajeros (motoboys, les llaman). Unos seiscientos mil, de los cuales ciento cincuenta mil son mensajeros. La verdad es que impresiona verlos circular por el tráfico densísimo de las avenidas paulistas, sorteando coches, baches y personas. Pregunté también cuántos mueren: la media de muertos en el tráfico de la ciudad asciende a 4,3 diarios. Las calles de Sao Paulo producen además setenta heridos por día. Una barbaridad.
Andábamos en estas y otras conversaciones cuando llegó un socio del marido: abogado, profesor, un … Seguir leyendo

Dos brasileñas

Copio el artículo al que se refería Amalia Verdura en su comentario de ayer a la entrada sobre Brasil, para que no haya dudas y quede claro el efecto «preconceito» o «prejuicio» que ella buscaba.

Es de 1996 y, por tanto, algunos datos han quedado desactualizados:

Dos brasileñas

Le dije que aprovecharía el viaje a Brasil para conocer una televisión local nueva que seguía una fórmula muy interesante. Puso mucha cara de asombro:
-¿En Brasil?
-Pues sí, en Brasil, donde está la tercera o cuarta cadena de televisión del planeta y algunos de los veinte mejores periódicos del mundo (se me calentó la boca),  en ese país que se puede sobrevolar en línea recta durante cinco horas y a velocidad de crucero (es decir, más de lo que se tarda de Madrid a Moscú) sin salirse de las fronteras del octavo producto interior bruto de la economía internacional…
La imagen … Seguir leyendo

Brasil, en alza

Salgo para Sao Paulo mañana y me encuentro hoy con este análisis económico del Brasil de Lula, que me ha alegrado mucho:

«Mientras Estados Unidos y parte de Europa luchan contra la recesión y las consecuencias de la crisis inmobiliaria y el mundo se desgañita por la subida del precio de los alimentos, Brasil vive su expansión económica más grande en tres décadas. El país ya se encuentra en condiciones de “pelear” en la liga de los grandes países.

Los años de crecimiento económico que ha mostrado la potencia sudamericana desde la devaluación de 1999, están dando sus frutos: entre 2004 y 2007 el PIB aumentó a una tasa del 4,5% anual frente al 2,8% del período 1984-1993. Hay más empleo y los pobres son menos, uno de los objetivos primordiales del presidente Lula cuando asumió hace más de cinco años» (artículo completo: «Brasil quiere jugar en la … Seguir leyendo

Primer día en Sao Paulo

Viajé apretujado en la clase turista de un avión de Iberia en el que solo quedaron dos asientos libres. A mi lado venía una señora paraguaya que no pudo entrar en España. Pasó dos días en El Prat y la expatriaron. Iba muy triste y muy cansada. Me contó que en el mismo vuelo viajaban otros nueve, también expatriados, todos ellos brasileños, más jóvenes. Algunos habían sido parados en el aeropuerto, pero tres fueron detenidos en la calle, cuando ya llevaban tiempo en el país.

Supuse que, como español, tendría problemas en la aduana. El gobierno brasileño lleva unos días devolviendo a algunos españoles como venganza por lo que hacemos en España con los brasileños. Y en efecto, había un personaje en el control de pasaportes que se dedicaba, muy serio, a la caza de españoles. Organicé rápidamente mi defensa por si fuera necesaria (al final, estaría con un ministro … Seguir leyendo

Viva Brasil

posto-ola-porto-real.JPGSaldré para Brasil mañana, justo a la hora en que se cierran los colegios electorales, quizá sin tiempo para conocer en qué acaba la cosa. Me ocurrió lo mismo en el 2004, solo que entonces me perdí también la supuesta «jornada de reflexión». Como periodista, me gustaría estar aquí. Pero volver a Brasil siempre me ilusiona. No solo porque es un país gigante, riquísimo y de una variedad paisajística deslumbrante, sino, y sobre todo, porque está lleno de brasileiros: la gente más afable y de inteligencia más chispeante que conozco.
Únicamente un brasileiro, por ejemplo, puede poner a la puerta de su restaurante un cartel que discrimina el precio del menú en función de las sobras que dejes en el plato: 7,90 si no las dejas, 10 en caso contrario. Y aún añade una explicación que traduzco: «Queremos que coma a gusto, que repita cuantas veces quiera y que salga … Seguir leyendo