Me hablaba hace dos días una amiga de ese problema. Yo le decía que hay muchas herramientas de «hacking» para padres para espiar o controlar con quien hablan sus hijos en Internet. E incluso para verlos por la webcam sin que ellos se percaten. El Colegio de Ingenieros de Telecomunicación dio hace unos meses unascharlas sobre ello. Pero el problema es que se van a un «ciber» y seguimos fastidiados.
La solución no es «controlar Internet», sino controlar ciertos accesos. Si a un salón recreativo con máquinas tragaperras sólo pueden ir mayores de edad ¿Por qué no se hace lo mismo con los cibers? Habrá incluso quien me diga que ahora con los locales con Wi-Fi un chaval puede llevar su portátil y puede hacer de todo. FALSO. Se puede «capar» el router para determinados contenidos.
Lo que me opongo de manera drástica es que se intente «controlar Internet». No echemos la culpa a la red.
Maikel
el 6 abril 2010 a las 1:44 pm
Estoy de acuerdo con Javier en que dejar que el Estado o la maquinaria burocrática controle internet acabaría siendo perjudicial para todos.
Pero por otra parte me parece que la solución es muy sencilla: que los niños no tengan ordenador. Y se acabó el problema.
La mayor parte de nosotros hemos vivido toda nuestra infancia sin ordenadores personales a nuestra disposición. Y no me parece que tengamos ningún trauma ni que seamos unos analfabetos tecnológicos. Es más, quienes inventaron internet, quienes desarrollaron la informática (y lo siguen haciendo) pasaron su infancia sin ordenadores a su disposición.
Para mi hay reglas muy básicas con las que creo que se acabaría el problema: no comprarles ordenadores personales (ahora ya portátiles) a los menores de edad. Si se les compra, emplazarlo en un lugar común de la casa. Nunca en su habitación. Y si en la casa hay un ordenador disponible para toda la familia, ponerle una contraseña para su acceso o, simplemente (si es un sobremesa) quitarle algunos cables para que no se pueda usar en caso de ausencia de los padres.
En cuanto a los ciber, la solución es muy sencilla: poca pasta en los bolsillos de los menores. Si la necesitan que la pidan y así explican para qué la necesitan.
Supongo que alguien no estará de acuerdo con estas medidas. Pero, francamente, a mí me parecen de cajón, sencillas y muy efectivas.
Y si el niño se aburre porque no tiene ordenador o no tiene playstation, pues que lea un libro. Y si aún así se aburre, pues que se aburra. Que todos nos hemos aburrido alguna vez y no hace daño a nadie. Y si no, que vaya a sachar a casa de los abuelos, que eso también es muy sano.
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O de Internet xa está chegando a uns extremos que máis vale nin falar…
¡Qué bueno!
Me hablaba hace dos días una amiga de ese problema. Yo le decía que hay muchas herramientas de «hacking» para padres para espiar o controlar con quien hablan sus hijos en Internet. E incluso para verlos por la webcam sin que ellos se percaten. El Colegio de Ingenieros de Telecomunicación dio hace unos meses unascharlas sobre ello. Pero el problema es que se van a un «ciber» y seguimos fastidiados.
La solución no es «controlar Internet», sino controlar ciertos accesos. Si a un salón recreativo con máquinas tragaperras sólo pueden ir mayores de edad ¿Por qué no se hace lo mismo con los cibers? Habrá incluso quien me diga que ahora con los locales con Wi-Fi un chaval puede llevar su portátil y puede hacer de todo. FALSO. Se puede «capar» el router para determinados contenidos.
Lo que me opongo de manera drástica es que se intente «controlar Internet». No echemos la culpa a la red.
Estoy de acuerdo con Javier en que dejar que el Estado o la maquinaria burocrática controle internet acabaría siendo perjudicial para todos.
Pero por otra parte me parece que la solución es muy sencilla: que los niños no tengan ordenador. Y se acabó el problema.
La mayor parte de nosotros hemos vivido toda nuestra infancia sin ordenadores personales a nuestra disposición. Y no me parece que tengamos ningún trauma ni que seamos unos analfabetos tecnológicos. Es más, quienes inventaron internet, quienes desarrollaron la informática (y lo siguen haciendo) pasaron su infancia sin ordenadores a su disposición.
Para mi hay reglas muy básicas con las que creo que se acabaría el problema: no comprarles ordenadores personales (ahora ya portátiles) a los menores de edad. Si se les compra, emplazarlo en un lugar común de la casa. Nunca en su habitación. Y si en la casa hay un ordenador disponible para toda la familia, ponerle una contraseña para su acceso o, simplemente (si es un sobremesa) quitarle algunos cables para que no se pueda usar en caso de ausencia de los padres.
En cuanto a los ciber, la solución es muy sencilla: poca pasta en los bolsillos de los menores. Si la necesitan que la pidan y así explican para qué la necesitan.
Supongo que alguien no estará de acuerdo con estas medidas. Pero, francamente, a mí me parecen de cajón, sencillas y muy efectivas.
Y si el niño se aburre porque no tiene ordenador o no tiene playstation, pues que lea un libro. Y si aún así se aburre, pues que se aburra. Que todos nos hemos aburrido alguna vez y no hace daño a nadie. Y si no, que vaya a sachar a casa de los abuelos, que eso también es muy sano.