La Voz de Galicia

La noche del domingo escuché el informativo de la SER por darme el gusto de confirmar que la noticia sobre la Misa de las familias celebrada ese día en Madrid tendría la cobertura irónica que esperaba: introducción irónica, datos escasos, cortes de sonido con declaraciones de los asistentes más extremados y una coda final con el inevitable representante de la doméstica Asociación Juan XXIII, el teólogo Juan José Tamayo. Todo previsible.

Ese mismo día y ayer se montó cierto debate en las redes sociales y en los blogs. Lo resume bien Internet Política. Quizá lo más significativo pueda leerse en esta entrada de La Huella Digital y en sus comentarios. Aclaran suficientemente la altura y la nobleza de las argumentaciones: unos a favor del titular grosero del diario Público, que Ignacio Escolar reenvió por Twitter con un añadido, y otros en contra, empezando por el propio Nacho de la Fuente, que se limita a decir:  «Falta de respeto».

Me acordé de Zagajewski, que en su magnífica defensa de la poesía (Acantilado 2005), escribe:

«Hay autores que usan la ironía para azotar a la sociedad de consumo, otros luchan contra la religión o contra la burguesía. A veces, la ironía expresa algo más: la desorientación en medio de una realidad plural. A menudo simplemente encubre la pobreza de pensamiento, porque si no se sabe qué hacer, lo mejor es volverse irónico. Después, ya veremos» (p. 15)