La Voz de Galicia
Ventana abierta a todo lo que «se cuece» por la Red
Seleccionar página

Después de una larga ausencia en el blog, retomo mis post-its con un tema que está muy de actualidad y que pasa por considerarse como el nuevo fenómeno en la Red. Eso sí, el proyecto ya comienza a generar polémica. Y es que, en plena fiebre por la privacidad, el nuevo sistema conlleva y supone todo lo contrario.

El sitio, conocido como ChatRoulette, hace honores a su nombre y se basa en una mezcla de videochat rápido y un elevado componente de azar. Creado el pasado noviembre por un estudiante ruso de tan solo 17 años (Andrey Ternovskiy) el sencillo sitio selecciona de forma arbitraria a dos de los internautas que hayan accedido a la página, y que posean webcam en su ordenador, y les conecta a través de la cámara y el micrófono para que puedan charlar o curiosear el escenario de una vida ajena que se ve por el fondo. Cada usuario no podrá elegir con quién hablar ya que es el sistema el que lo elige. Eso sí, si la primera impresión de tu interlocutor no te gusta o agrada simplemente se deberá dar al botón de «siguiente» para interactuar con otro internauta.

chatrouletteDe esta forma, y mientras que hasta el momento Internet había destacado por ser una plataforma perfecta para juntar a extraños, esta web da un paso más y permite que estos conversen y se «conozcan» cara a cara.

Como ejemplo de su éxito, tan solo un dato: la web pasó de tener 300 usuarios en diciembre a alcanzar los 23.000 en tan solo tres meses. Y por lo que apuntan las previsiones, estos seguirán subiendo.

Falta de privacidad

Pero frente al repentino éxito de la página ya hay asociaciones de protección de la infancia que han lanzado serias advertencias sobre la misma al no poseer ChatRoulette ningún tipo de restricción de acceso. Cualquier usuario con webcam puede conectarse al servicio, sin tener que darse de alta en ningún sitio o escribir alguna identificación. De la misma forma, tampoco cuenta con filtros o controles de edad.

A pesar de que el propio Ternovskiy dejó claro a The New York Times su oposición a comportamientos obscenos o irregulares -de hecho, existe en la propia página una opción de denuncia de este tipo de actitudes-, asociaciones como la francesa e-Enfance advierten que el portal resulta inapropiado para los menores, a pesar de su atractivo nombre.