En este jueves tan helado, en el que los termómetros no dan tregua, voy a referirme a uno de los personajes políticos de la jornada, Patxi López, quien, junto a Ibarretxe protagonizó en el Tribunal Superior vasco, una fotografía histórica e inédita: por primera vez, un presidente de gobierno (el lehendakari) y un líder de la oposición (Patxi López) se sentaron en el banquillo de los acusados junto a miembros de la ilegalizada Batasuna.
Pero, sin embargo, y como ya es habitual, voy a salirme por la tangente y no me voy a referir a él por este asunto, sino por otro más acorde con el tema que guía este espacio digital: el socialista acaba de ganar la segunda edición de los premios Enrique Padrós al mejor blog editado por un político.
Luego de unas votaciones de auténtico infarto, como se las definió en la web Neoratón 3.0, «en las que cada miembro del jurado emitía su voto y dejaba el premio en manos de uno u otro finalista», el socialista vasco se alzó con el galardón por unos méritos digitales que nadie le discute, como el de conjugar en su página (que está escrita en primera persona), y con gran habilidad, temas políticos, personales y dos de sus grandes pasiones: la música, y la fotografía. Cualquier lector o seguidor que bucee por su web descubrirá cómo además de hacer públicas sus reflexiones políticas (sobre temas tan interesantes como la coincidencia de las elecciones vascas y gallegas), Patxi López no duda en asegurar que le gusta una joven cantautora escocesa de 21 años, Amy MacDonald, que, al igual que reza la canción All you need is love, en este 2009 nos deberíamos dedicar un poco más al amor y menos a la guerra, al mismo tiempo que comparte su «primera vez» en la ópera.
El jurado también ha destacado el hecho de que el político explore nuevos formatos, como el vídeo, o las redes sociales, «aportando interesantes espacios de escucha y participación tremendamente horizontales».
Quise hacer este post para contrarrestar las diferencias que existen entre este político-bloguero y otros gallegos, quienes, a pesar de haberse acercado a la web 2.0, como ocurre en el caso de Quintana con su videoblog o con las grabaciones que nos acercan al Feijoo más personal, la mayor parte de los blogs de los políticos aún adolecen (o eso, al menos, pienso yo) del toque personal que logra hacer creer a los lectores que realmente son ellos quienes firman las distintas entradas. Como se aprecia en estos premios, este aspecto sí que puede tener tirón electoral.
Además, y simplemente, como un añadido. Mientras que Patxi López no suele dejar más de una semana sin incluir una nueva entrada (incluso, cuando escribo esto, veo cómo ya acaba de colgar el vídeo de su acceso al juicio), Quintana lleva sin actualizar su blog desde el 12 de diciembre y Feijoo no incluyó ningún comentario nuevo desde el 24 de noviembre al 5 de enero (a Touriño no lo nombro porque no localicé su blog).
P.D. En estos premios también se reconoció a Manolo Rico, redactor jefe de Nacional en Público por su Trinchera Digital, una ventana en la que, en un tono claro, sincero, y con la necesaria mala leche, analiza la actualidad política.
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