La Voz de Galicia
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[singlepic id=53 w=600 h=480 float=center]En sus viajes por Galicia, el matemático y cartógrafo Domingo Fontán se topó con un paisaje bastante distinto de lo que es hoy: los montes gallegos de entonces eran casi desnudos, repletos de toxos y xestos, pero sin los árboles de reforestamiento, introducidos a finales del siglo XIX.

En el punto 11 del mapa de abajo, podrás ver por medio de fotografías panorámicas 180 grados el hermoso Valle del Barcés, por dónde pasó Fontán en febrero de 1822. Haz clic en los puntos rojos para ver reportajes multimedia sobre el mapa de Fontán (en el número 10 está el último vídeo colgado, con la história del pueblo de Mesón do Vento, uno de los paradores del matemático).

El icono «i» enseña más informaciones sobre la ruta (el camino de Fontán entre enero y agosto de 1822). Si quieres, puedes clicar aquí y explorar un mapa más grande.

En los tiempos de Fontán las vistas de los horizontes gallegos estaban mucho más libres y le permitían apuntar más referentes del paisaje del país. No es dificil encontrar en los cuadernos de campo del matemático puntos desde dónde divisaba docenas de iglesias (torreones y espadanas), que apuntaba a la vez desde la cima de alguna montaña. Algo que sería mucho más difícil en la actualidad: los montes están hoy repletos de pinos y eucaliptos, árboles introducidos a partir del final del siglo XIX y a lo largo del siglo XX, principalmente durante las dictaduras de Primo de Rivera y de Franco.
Pero los montes más desnudos en su época no es un simple reflejo de la vegetación rastrera natural de Galicia. Es, eso sí, resultado de dos siglos de deforestación de robles y castaños centenarios para construir buques de guerra a lo largo de los siglos XVI y XVII.