La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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Paradójicamente

Sólo a  mí se me ocurre citar a Bartleby, el escribiente. Su mera mención, en la anterior entrada de este cuaderno de bitácora, ha tenido en mí un efecto devastador, paralizante, como los venenos que las arañas inyectan en sus víctimas para luego poder paladearlas con sosiego. Hace una semana yo mismo me inoculé la pócima del mal de Bartleby al plantar aquí su nombre y, lo que es más grave, su legendaria sentencia: «Preferiría no hacerlo».

Por eso, hoy, aunque tendría que contar algo sobre Mario Benedetti, que también se ha ido a respirar el polvo de las estrellas, sinceramente, preferiría no hacerlo. Podría, por ejemplo, dedicar a Benedetti uno de mis Inicios de novela. Podría citar el arranque, pongamos por caso, de La tregua, que creo que empezaba así: «Sólo me faltan seis meses y veintiocho días para estar en condiciones de jubilarme. Debe hacer … Seguir leyendo

Otro tesoro de la cantera irlandesa

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«Me gustaría contar qué ocurrió en casa de mi abuela el verano en que yo tenía ocho o nueve años, pero no estoy segura de si sucedió en realidad. Necesito dar testimonio de un hecho que no sé si es cierto. Siento bullir dentro de mí eso que tal vez jamás haya tenido lugar. Ni siquiera sé cómo llamarlo. Creo que podríamos decir que fue un crimen carnal, pero la carne desapareció hace mucho y no sé qué daño puede haber quedado en los huesos».

Así arranca El encuentro, de Anne Enright (editorial Lumen, traducción de Francisco Javier Calzada), del que hoy publico en el suplemento Culturas de La Voz de Galicia esta reseña:

Quién sabe dónde se oculta el secreto de la inagotable cantera literaria de Irlanda. Tal vez en el dédalo urbano de Dublín, capital elevada a la cumbre de las ciudades literarias en el Ulises joyceano. … Seguir leyendo

Conversación en La Catedral

«DESDE la puerta de La Crónica Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido el Perú? Los canillitas merodean entre los vehículos detenidos por el semáforo de Wilson voceando los diarios de la tarde y él echa a andar, despacio, hacia la Colmena. Las manos en los bolsillos, cabizbajo, va escoltado por transeúntes que avanzan, también, hacia la Plaza San Martín. Él era como el Perú, Zavalita, se había jodido en algún momento. Piensa: ¿en cuál?».

El arranque de Conversación en La Catedral, de Mario Vargas Llosa, es uno de los comienzos más contundentes de la narrativa del llamado boom latinoamericano. La frase «¿En qué momento se había jodido el Perú?» se queda pegada a tus neuronas y te persigue, con ligeras paráfrasis, el resto de tu vida. … Seguir leyendo

Calle de las Tiendas Oscuras

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Las novelas se la juegan en su arranque. En el primer párrafo. Aún diría más: en las primeras cinco líneas. O triunfan en esa distancia corta o se quedan en el baúl de las asignaturas pendientes. Y no estoy hablando de «enganchar al lector», que no tengo ni idea de en qué consiste (sólo sé que eso lo hacen mucho los autores de best-sellers, enganchan al lector y luego lo tiran por ahí, cuando se quedan sin argumentos literarios). No. Estoy hablando de literatura de verdad. Como la del francés Patrick Modiano. Así arranca su Calle de las Tiendas Oscuras:

«No soy nada. Sólo  una silueta clara, aquella noche, en la terraza de un café. Estaba esperando que dejara de llover, un chaparrón que empezó en el preciso momento en que Hutte se iba».

Modiano insiste a menudo en una tesis que, a pesar de su aparente … Seguir leyendo

Finnegans Wake

 

Durante las Navidades de 1992/1993 me fui de viaje a Estados Unidos, para visitar a una novia americana que tenía entonces y que se llamaba (bueno, y se sigue llamando) Clare. Llegué un atardecer nevado de diciembre al aeropuerto JFK, en el neoyorquino barrio de Queens. Al bajar con mi mochila y Clare al bus lo primero que escuché fue a un pavo que me soltó, en español, que el billete valía un dólar o cinco dólares, no recuerdo. Luego, en el bus que iba a la legendaria Penn Station, fui alucinando al ver las luminarias del Empire State, el edificio Chrysler y las Torres Gemelas, que pude visitar un par de días después. De NYC nos piramos a Newark (New Jersey), al campus de la Rutgers University, una de las grandes universidades de Estados Unidos, donde estudiaba mi santa de entonces. Y, ya digo, después de deambular durante un … Seguir leyendo

El paseo

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«Declaro que una hermosa mañana, ya no sé exactamente a qué hora, como me vino en gana dar un paseo, me planté el sombrero en la cabeza, abandoné el cuarto de los escritos o de los espíritus, y bajé la escalera para salir a un buen paso a la calle».

Robert Walser, El paseo, Ediciones Siruela, traducción de Carlos Fortea… Seguir leyendo