Me gusta pasear por la web porque a menudo, buceando entre la hojarasca, las telarañas y la quincalla que nos rodea, encuentras pequeños tesoros como estos:
Diálogos de celuloide, por 39 escalones.
Y Dios me hizo mujer, por Mechu.
El nuevo título del Sha, por Jordi.
Dublinesca, por Álex Nortub.
Gracias, amigo Luis, por contar con mi escalera entre tanto ilustrísimo bloguero. Lo excelente que tiene la red es encontrar tanta buena gente con la que compartir y, en mi caso, sobre todo, aprender. Y sin que haga falta convertirse en Maestro de la Enciclopedia Británica (qué pereza, madre…).
Abrazos.
Otra joya con la que me he tropezado hoy buceando por ahí: El día que compré 2666.
Creo que si hace unos años alguien decía que la mejora literatura estaba en las columnas de los periódicos, hoy podría decir que está en las bitácoras… (y en los libros, claro).