La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
Seleccionar página

 Lo siento. Estoy en pleno síndrome Bartleby, ese mal que afecta a quienes un buen día simplemente dejan de escribir porque quedan sepultados bajo el temible lema: «preferiría no hacerlo».  Creo que la maldición cayó sobre mí el día que se me ocurrió mencionar al escribano de Wall Street en este cuaderno de bitácora tejido con palabras de humo. Aunque lo cierto es que me pongo a revolver en este baúl cibernético y, entre otros artilugios de escaso valor, tropiezo en el blog con cuatro referencias a Bartleby. Nada menos. Curiosa reincidencia. Obstinación, diría. Cuatro machetazos en la clavícula (siempre esta manía con las palabras esdrújulas, qué pelma). Menos mal que la tinta se lleva en las venas y no en la osamenta. Será cuestión de hacerse una transfusión.