Hubo cierta polémica en la campaña electoral de las autonómicas a cuento de las papeletas del PP de Ourense. El PP pedía que fueran válidas las que llegaran con una tachadura sobre el nombre del efímero número uno de la lista, Luis Carrera.
Entonces no se produjo una avalancha de tachones, pero ahora sí tocará hacer unos cuantos en los álbumes de diputados electos para esta legislatura. Más de la cuarta parte de los parlamentarios elegidos en las urnas por el PP no se sentarán en el Parlamento.
Primero fue Corina Porro (número dos por Pontevedra). Ahora otros nueve escaños deberán ser renovados por el criterio de Feijoo de que los altos cargos con responsabilidades de Gobierno no deben ser diputados.
Es un criterio respetable. Y quizá adecuado. Pero me sugiere una pregunta: ¿hizo el actual presidente de la Xunta las listas pensando en no gobernar?