La Voz de Galicia
Políticamente, solo se puede ganar o morir
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A las 12 la participación era, como se esperaba, inferior a la de las elecciones de junio del 2005. Entonces había ido a votar el 18,8% del electorado. Hoy lo ha hecho un 16,11%.

Hay cuatro aspectos a tener en cuenta para valorar la participación:

  1. La diferente estación del año (lo de la lluvia es un mito, pero los diferentes hábitos de comportamiento si cuentan.
  2. El carácter histórico que acompañó a aquellos comicios (se dilucidaba el fin del fraguismo).
  3. Las autonómicas no son las elecciones preferidas para los gallegos (se vota más en las generales. Por ejemplo, en marzo del 2008 superó el 70%)
  4. El ciudadano gallego suele ser fiel. Si acostumbra a votar, no se queda en casa y, tarde o temprano, acude al colegio electoral. Y la mayoría escoge siempre la misma opción. Son los que cambian quienes deciden las elecciones.

Según las encuestas, una alta participación favorece al PSOE y al BNG, que aspiran a repetir bipartito. Sobre todo beneficia a los socialistas. Su electorado es, tradicionalmente, el menos fiel de los tres principales partidos gallegos. De cualquier manera, ni siquiera en el 2005 la participación llegó al 70% (que sí se superó en las generales del 2008). Aunque en unas elecciones tan apretadas -a priori- como estas, medio punto puede significarlo todo.

Todas las papeletas cuentan. Por eso hay que estar pendientes de lo que diga la junta electoral sobre las del PP de Ourense. En ellas aparece el nombre del fugaz número uno de la candidatura, Luis Carrera, expulsado tras descubrirse ciertos cobros en cuentas de las Islas Caimán. La Junta electoral de zona de O Carballiño ha dado potestad a los presidentes de las mesas para que admitan algo muy irregular: papeletas con tachones.