Mañana viene Zapatero a Galicia a sobrevolar las obras de ese AVE que pudo ser y aún no es, que no va a estar listo en muchos años. Su visita es un acto electoral. Arranca la jornada en Vigo -sonrisas y promesas-, después se sube en helicóptero a ver las vías desde el aires, hacer el paripé y que le cuenten lo retrasado que va el tren -más sonrisas y promesas-, termina la jornada en A Coruña -otra vez sonrisas y promesas-.
Sorpresa, sorpresa, una jornada entera en Galicia del presidente del Gobierno. Y un día antes de que Touriño nos saque de dudas el jueves sobre el adelanto electoral. Por si fueran pocas las pistas, hoy le toca a Rajoy. Toreará en Vigo, bien escoltado por Alberto Núñez Feijoo, en un acto sobre infraestructuras -lamentos y quejas- preparado para torpedear el día de gloria de Zapatero y lanzar un par de estocadas a Touriño ¿En agosto? Sí. Por supuesto, ya estamos en campaña.