La Voz de Galicia
Políticamente, solo se puede ganar o morir
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El Parlamento Gallego ha aprobado por unanimidad el texto legislativo que reivindica el voto en urna para la emigración. ¿Es una buena noticia? Pues sí. Pero incompleta. Solo se ha dado un primer paso, que ni siquiera tenían que haber dado los partidos gallegos. Para que la iniciativa llegue a buen puerto hay que tocar la norma estatal que regula los procesos electorales en España, la LOREG (Ley Orgánica de Régimen Electoral General).

Zapatero y el PSOE han tenido ocho años para hacerlo. Y el PP también los ocho de Aznar. ¿Por qué no la han tocado? Porque el sistema actual del voto emigrante, que no es libre ni secreto, permite votar a muertos y beneficia siempre al partido que está en el Gobierno, al que domina correos y los censos. Así de claro, ahora mismo el tiempo corre a favor de las expectativas de Touriño.

Parece casi imposible que se logre en el Congreso reformar el voto emigrante a tiempo para las próximas autonómicas. Si no se llega a esa cita, una vez más se perderán las prisas. Y quizá se haga esperar tanto como el AVE la solución a un problema que siembra dudas de ilegitimidad sobre los procesos electorales que se realizan en Galicia.