Aunque lo parezca, no estoy pidiendo platos combinados en una cafetería. Escribo sobre el congreso federal que celebra el PSOE. No tiene el mismo interés informativo que el del PP, pero en este tipo de citas siempre hay algo que rascar, propaganda aparte.
Según las previsiones, los socialistas deben completar su estructura orgánica situando a alguien por debajo de Zapatero y José Blanco. Se dice que no va a ser una persona, sino dos las que compartan ese tercer escalón en el organigrama.
Se especula con que serán dos mujeres. La decisión, que ya está amañada, tiene lógica y oportunidad. Con sus últimos nombramientos, Rajoy ha adelantado en feminismo a Zapatero, al que le toca mover pieza.
Debe hacerlo con cuidado, con sumo cuidado. Cualquiera de esas personas pueden ser en el futuro la cabeza electoral del partido del puño y la rosa. Blanco no compite por esa posición. Y la vida política del presidente del Gobierno va a depender mucho de la prolongación y la intensidad de la crisis económica. Veremos.
Vaya por delante que no soy gay, luego a mi el asunto ni me va ni me viene. Nada tengo en contra de los gays que a mi nunca me han hecho ná ni yo me he dejado hacer, claro, te lo juro por Arturo. Es más, soy de los que opina que cuantos más gayes haiga, pues mejor: menos competencia pa los feos.
Desconozco los motivos por los que el otro día fue la caciquesa del Masai Mara a hacerse una foto con los transexuales de nosequé asociación, pero son fáciles de adivinar. Sin embargo, dado lo enconado de las dos Españas, dudo mucho que los de la Pepé le puedan capturar un triste voto a los de la Pesoe ni aunque nos pongan de candidato a un negro
y además gay.
Total que la señá Esperanza se ha hecho la foto pa ná.
Bueno, pues lo que yo quería decir era que el DOG (Día del Orgullo Gay) debería de haberse celebrado el pasado fin de semana, que era cuando correspondía y así se ha celebrado en el resto del mundo salvo en Madrid. Spain is different.
Aquí se ha trasladado al fin de semana siguiente, con el consabido trastorno de cancelaciones de vuelos y de reservas hoteleras, para hacerlo coincidir con el Congreso de la Pesoe y así el tío Zerolo, cuyo prestigio estaba de capa caída, podría darse importancia, pintarla y figurar ante los komisarios o los compromisarios políticos ésos.
No sé qué clase de periodistas de raza tendremos por aquí, pero me tienen que reconocer ustedes que de ciertas cosas nunca dicen nada
monada.
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