La Voz de Galicia
Políticamente, solo se puede ganar o morir
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Se producirá la próxima semana. En la primera votación de la sesión de investidura. El PSOE proclama que no pagará peajes elevados. Ni a los dos grupos nacionalistas (CiU y PNV) ni al resto de partidos que conforman el conglomerado del grupo mixto. Y está dispuesto a esperar a la segunda votación para consolidar la reelección del presidente por mayoría simple. Solo con los votos socialistas.

La clave de esta maniobra es que el PNV ha incumplido un pacto con José Blanco para arrebatar a una de las sustitutas de Batasuna, ANV, la alcaldía de Mondragón, la localidad donde asesinaron al ex concejal socialista Isaías Carrasco. Esta decisión ha invalidado la fórmula que manejaba el PSOE para sumar 176 diputados a favor de Zapatero.

No parece un buen síntoma de estabilidad arrancar la legislatura con una investidura menor y una derrota. Pero así son las cosas. A lo largo de los últimos cuatro años, los socialistas cambiaron con frecuencia de pareja de baile para sacar adelante todas las votaciones en el Congreso. Casi todas aquellas danzarinas fueron castigadas por el electorado el 9-M. Ahora atesoran pocos escaños. Y muchas padecen problemas internos: o no tienen ganas de comprometerse, o piden un precio muy alto por dar un sí.

No sé si la próxima legislatura será la del consenso. Tengo muchas dudas al respecto, pero sí estoy convencido que va a ser la del regateo. Como en la anterior, habrá diferentes compañeros de baile.