La Voz de Galicia
Sobre lo ambientalmente correcto, lo sostenible e insostenible y otras inquietudes acerca del estado del planeta Tierra
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Aprovechando el “thanksgiving” -una de las populares fiestas en los Estados Unidos- y escapando del consumista “black Friday”, viajé la semana pasada con unos amigos a la ciudad de México (también conocida como México DF). Mi estancia en esta megaciudad, perteneciente al “top ten” de las ciudades más pobladas del mundo, me permitió asistir, si bien parcialmente, al Congreso “Global Social Business Summit 2014” –bajo el lema “la conformación de empresas sociales para dar forma al mundo en 2020”- que se celebraba allí (en la Expo Bancomer Convention Centre), y tuve el inmenso privilegio de saludar personalmente a Muhammad YUNUS, Premio Nobel de la Paz en 2006, banquero y economista de Bangladés, mundialmente conocido por su exitosa iniciativa de concesión de microcréditos a gente pobre y por ser el fundador del Grameen Bank que proporciona tales créditos. Yo ya había leído uno de sus primeros libros publicados en España, El banquero de los pobres: los microcréditos y la batalla contra la pobreza en el mundo (publicado por ediciones Paidós), me cautivó entonces el personaje y la verdad es que me hacía una gran ilusion poder encontrarme con él. Quizá uno de los seres humanos más galardonados de la historia de la humanidad.

La actividad desarrollada por este gran hombre –que recibió, entre tantos otros, el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia en 1998- ha permitido financiar con su banca social a millones de personas pobres de Bangladés (la mayor parte mujeres) y de otros muchos países, y a divulgar a lo largo del mundo la filosofía de tan impresionante  tarea emprendedora. El Banco Grameen (en bangalí significa “de la aldea”) –fundado por YUNUS en 1976- además de los microcréditos, acepta depósitos y dirige otras compañías textiles, energéticas o telefónicas.

A partir de su concesión del Premio Nobel, M. YUNUS puso en marcha el “Yunus Centre” para la promoción y difusión del “social business”. Se trata de una nueva dimension para el capitalismo, un modelo de negocio que no se esfuerza en maximizar los beneficios, sino servir a las necesidades más apremiantes de la humanidad. Un original enfoque que tiene por objetivo erradicar la pobreza extrema combinándola con una sostenibilidad económica que ha permitido desarrollar un número ingente de actividades económicas entre las personas pobres. Entre los siete principios que oriental el “social business” de YUNUS está el de superar la pobreza o algunos de los problemas que amenazan a las personas y a la sociedad (el acceso a la educación, a la salud, a la tecnología…), o el de la “sostenibilidad económica y financiera” (los inversores recuperan el monto de su inversión pero no reciben dividendos), asimismo para desarrollar la actividad financiada debe de haber “conciencia y sostenibilidad ecológica”.

Gracias a otras entidades que se han desarrollado a la sombra del Grameen Bank y siempre bajo el impulso del Profesor YUNUS, la Grameen Foundation (fundada en 1997) y el Grameen Creative Lab (puesto en marcha en 2009 con la ayuda de la empresa alemana BASF, en “Joint Venture” con Grameen), se ha difundido por todo el mundo la teoría y práctica del “social business”, con antenas en países de casi todos los continentes. Incluso la poderosa “Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional” (USAID) ha suscrito en 2013 un acuerdo de colaboración con la “Yunus Social Business” para promocionar de forma conjunta las iniciativas empresariales y el desarrollo de “negocios sociales” en comunidades vulnerables y con servicios deficientes en todo el mundo.

Desde la concreta perspectiva ambiental resulta muy destacable la entidad Grameen Shakti, promovida también por M. YUNUS, que ha desarrollado uno de los programas más exitosos en el mundo (merecedor de diversos premios) en el campo de las energías renovables con la instalación de más de un millón de instalaciones solares en zonas rurales de Bangladesh para uso doméstico. También se ha puesto en marcha un proyecto de uso del biogas para las cocinas familiares. Además de generar puestos de trabajo para su implantación, la solución que se ofrece supone como puede imaginarse unos enormes beneficios para el medio ambiente (por ejemplo, evitando la combustión de ingentes cantidades de leña). Es un claro ejemplo de cómo la tecnología puede ayudar a resolver con gran solvencia importantes problemas sociales y ambientales.

En la Cumbre sobre “social business” celebrada la semana pasada en México City los mensajes que nos ofreció el Profesor YUNUS, además de originales –así, por ejemplo: “Hacer dinero te puede ayudar a ser feliz, pero ayudar a otros sin duda te hará súper feliz. Esa es la diferencia entre un empresario tradicional y un emprendedor social”- pronunció otros muy aprovechables para países como España donde el paro juvenil supera el 50%: “El papel de los jóvenes en los negocios sociales radica en su misión de generar empleo e impulsar el desarrollo de sus propias comunidades. Especialmente cuando tienen la oportunidad de prepararse”-. O, también este otro mensaje: “Podemos crear un mundo sin pobreza porque no son los pobres quienes crearon la pobreza”.

En mi opinión la iniciativa y la experiencia sobradamente contrastada del “social business” que promueve el Prof. YUNUS constituye una magnífica prueba de la operatividad de la verdadera sostenibilidad económica, social y ambiental. Una triple sostenibilidad que funciona en el Tercer Mundo, lejos de las sospechas de constituir ésta un engañoso invento de las sociedades opulentas.

Queda en mi mente el imborrable recuerdo de este encuentro maravilloso, pero además me sigue impresionando la extraordinaria amabilidad y afecto con que M. YUNUS nos saludó a mis amigos y a mi en el Bancomer Convention Centre de la Ciudad de México. Quizá porque el séptimo de los principios del “social business” ideados por él es que el trabajo debe desarrollarse siempre “con alegría”.