La Voz de Galicia
Sobre lo ambientalmente correcto, lo sostenible e insostenible y otras inquietudes acerca del estado del planeta Tierra
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Los pasados días 26 a 29 de marzo ha tenido lugar en el Capital Hall International Convention Centre de Londres el congreso internacional que ha llevado por título Planet under Pressure: new knowledge towards solutions (aunque todo el mundo ha traducido: “Planeta bajo presión” a mi se suena mejor traducirlo “Planeta a presión”). Más de 3000 participantes –en su mayor parte provinientes del mundo científico- de más de 80 paises se han dado cita en la capital londinense para hablar del estado ambiental del Planeta, de los retos que la Humanidad tiene por delante para su salvaguardia y de las posibles medidas que pueden adoptarse. En realidad esta reunión científica es como un aperitivo de la magna cumbre –más política- que tendrá lugar el próximo mes de junio en Río de Janeiro (conocida como “Rio+20”).

Para los que nos apasiona el medio ambiente hubiera sido un sueño poder estar esos días en Londres con magníficos intelectuales como la reciente premio Nobel de Economía, Elinor OSTROM, cuya antigua –e interesantísima- obra “Governing the commons” me estoy leyendo estos días. Físicos, sociológos, economistas, demógrafos, oceanógrafos y un sinfín de científicos de las más diversas especialidades han estado debatiendo temas tan variados como la seguridad alimentaria, los cambios demográficos, el futuro de las ciudades, el estado de las zonas costeras, la contamimación de los suelos, la geo-ingeniería, la pérdida de biodiversidad… y ¡como no!, el cambio climático. Me ha gustado que, pese al lógico predominio de las ciencias naturales, se han tratado también temas de las ciencias sociales en los que abunda la reflexión sobre la gobernanza de la sostenibilidad global y sobre el tema estrella de la “economía verde”.

Los medios de comunicación nos han regalado algunas de las “perlas” del Congreso: “estamos tan cerca de los límites del Planeta que no tenemos márgen para fallar, hay que actuar ya”; “una buena gobernanza, sobre todo si es global, requiere de imaginación además de liderazgo”; “para liberar la presión en este planeta humanizado hay que cambiar muchas cosas, hay que romper la inercia cultural, política y social”; “la realidad revela que nos gastamos mucho dinero en cosas que no son prioritarias y que, en general, tienen una gran huella ambiental”; «La reinvención de nuestras ciudades es acaso la necesidad más urgente para alcanzar la meta de la sostenibilidad global»,…; y quizá la mejor la pronunciada por Lidia BRITO (copresidenta de la Conferencia y directora científica de la UNESCO –hablando del pretendido chequeo realizado a nuestro Planeta por los científicos: «Y aunque han detectado una alta presión sanguínea, elevados niveles de colesterol y un estilo de vida no saludable, lo cierto es que hay tiempo para dar la vuelta a estas tendencias y seguir la receta para un futuro mejor».

Y lo de la “era del Antropoceno” es una ocurrencia del premio Nobel de Química, Paul CRUTZEN, que hace una década se refería con esta denominación una nueva fase geológica (aunque propiamente estamos en el “Holoceno”) en la que la acción del hombre está perjudicando seriamente la establidad ecosistémica de nuestro Planeta. Y como vemos ha calado en el mundo científico por su expresividad.

Al final no podía falta una Declaración Final de la cumbre (the “State of the Planet Declaration”). Una llamada urgente a la actuación porque los riesgos que se avecinan son graves y globales y se han acelerado en el último medio siglo. Un cambio de planteamiento que debe pasar por tener en cuenta la interconexión e interdependencia de los aspectos económicos, sociales, culturales y políticas de nuestro mundo. Una apelación a nuestra inapelable responsabilidad en la salvaguardia de nuestro Planeta. La necesidad de un nuevo pacto entre el mundo científico y la sociedad, y entre la investigación y las decisiones políticas. Un serio compromiso con los paises en desarrollo. Una regeneración institucional que permita desarrollar una verdadera gobernanza de la sostenibilidad a nivel mundial. El reconocimiento del valor no monetario de los recursos naturales.

En definitiva, tan importante evento ha sido, a mi juicio, una llamada de atención del mundo científico a los políticos que se reunirán en Rio de Janeiro los días 19 y 20 de junio, de que deben adoptar importantes medidas si no queremos que el “Antropoceno” acaba con nosotros. No obstante, la larvada “soberbia” que suele anidar en muchos planteamientos científicos, ha sido criticada por el Secretario General de Naciones Unidas, Ban KI-MOON, en su mensaje a la Cumbre que comentamos, quien ha aprovechado para decir que los científicos «son, a veces, poco claros y contradictorios y que, a menudo, viven encerrados en sí mismos» sin percibir otros factores ajenos a su concreta investigación. Pero no dudamos que, con una visión más abierta y generosa y con un enfoque más interdisciplinar,  los científicos son imprescindibles para abordar con éxito los inmensos retos que tiene por delante nuestro Planeta.