La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Festival Voces Femeninas
Holly Miranda, Little Scream y Lisa Hannigan
Ourense, Teatro Principal
22-11-2012

El milagro continúa. Un año más, el Teatro Principal se volvió a llenar en la quinta edición de Voces Femeninas. Dos días antes lo había hecho también el Teatro Lara de Madrid (que se ha sumado al evento en esta quinta edición) y esta noche todo apunta a que se repetirá la escena en Vigo. De nuevo, el menú resultaba una incógnita para la mayoría de los presentes, una especie de cata a ciegas con tres figuras (Holly Miranda, Little Scream, Lisa Hanningan) de las que el 95% del público sabía nada o casi nada. ¿Cómo ocurre algo así? Pues, trabajando año a año en una línea coherente que logra que la gente pase por taquilla sin dudarlo un momento. Lo dicho, milagroso.

De entrada, Holly Miranda optó por el lirismo. Delgadísima y con Patti Smith estampada en el pecho, arrancó haciendo llorar su guitarra, se marcó una gran versión del I’d Rather Go Blind de Etta James y terminó su pase a piano. Mucho más Cat Power que Stereolab, dejó en el camerino todo el aire onírico que desprenden sus grabaciones, entregándose a lo puro y real. Gustó, pero dejó la duda de lo que podría dar de su con mayor ropaje instrumental.

La canadiense Little Scream, por su parte, tiró hacia lo ambiental. Con un guitarrista de apoyo que dotó de vaho su discurso, sorprendió por su forma cuasi mística de ejecutarlo y dejó al público dividido. Con un estilismo imposible, desbordó emoción y empalmó un set corto. Al final preguntó al público: ¿algo ruidoso o en plan nana? Y, complaciendo a lo primero, terminó por dar los acordes más roqueros de la noche. Uno juraría que, por ahí sonó algo parecido al American Woman de Guess Who.

Por último, Lisa Hannigan se encaminó a lo tenso. Ya en su segundo tema se vio que allí había algo más que una voz dulce en un recital de trámite. Todo lo contrario, con su música de raíz folk erigiéndose hacia territorios más duros y épicos, hizo prever uno de esos conciertos inolvidables. Las canciones sonaban de maravilla, el tempo el correcto y la artista estaba subida a la ola… hasta que surgieron problemas técnicos, desajustes en las guitarras, un arranque de canción con parón y vuelta a empezar. Ello descentró al público y la artista que, aún así, trenzó la mejor actuación de la noche. Ovacionada, concluyó su recital con un Knots soberbio y la sensación de que aquí se esconde una artista que debería ser más grande de lo que es.

Al final, como es norma, todos los músicos subieron al escenario a interpretar un último tema juntos. Y, luego, una buena parte de los integrantes del festival terminaron la noche en el Café Pop Torgal, el particular paraíso pop de Ourense. Allí Hanningan se lamentaba de la mala suerte hablando son el público hasta que, poco a poco, todo se diluyó en una fiesta. A ello ayudaron sus músicos quienes, lejos de la sobriedad que transmitían en escena, terminaron por asaltar la cabina para dar rienda suelta a sus pasiones juveniles: de Cazafantasmas a Superdetective en Hollywwod, pasando por Regreso al Futuro. Sí, entre piezas ochenteras pasadas de sintes y plástico, por un momento parecía que Marty McFly iba a aparecer de un momento a otro.