La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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AIR “Le voyage dans la lune” (Universal)
Como mínimo Air han conseguido un logro en este álbum: la mejor portada de su trayectoria. La imágen del cochete estampado en el rostro de la luna extraída de un fotograma de Le voyage dans la lune”, el filme mudo de Geroges Méliès de 1902 que ahora musican, es de deleitarse mirándola y mirándola. El disco nace como un capítulo aparte en la trayectoria del dúo, pero ellos sin embargo lo asumen como otro capítulo en una discografía algo renquetante de inspiración en los últimos tiempos. No será “Le Voyage Dans la Lune” lo que les devuelva a la primera línea del pop. Su carácter mayoritariamente instrumental y su falta de singles claros lo impide, pero ello ni quita que se trate de un trabajo atractivo e interesante. Bajo un discurso de pop progresivo con ecos de Mike Oldfield y uso indiscriminado de sintetizadores, el dúo plantea un recorrido voluptuoso en sonoridades que van desde el envoltorio lírico de “Moon Fever”, que parece sacada de Tubular Bells, a lo mecánico  en ese “Parade”, con ligero aroma kraut-rock. Mientras, pasa por el puntillismo sintético de “Cosmic Trip  y llega al clímax  pinkfloydiano de un “Lava” que cierra un disco que se puede calificar de menor, pero que resulta perfectamente disfrutable (Puntuación: 7/10)

MARK LANEGAN  “Blues Funeral” (4AD-Everlasting)
Decir en febrero que Blues Funeral va a ser el mejor disco del año, podría tomarse como una temeridad. Pero lo cierto es que su escucha completa invita, entre sacudidas de emoción, a dejarse llevar por esa idea. Aparcadas sus aventuras paralelas con Isobell Campbell y The Gutter Twins, Mark Lanegan recupera su carrera en donde lo dejó con el soberbio Bublegum (2004) y supera todas las expectativas. Blues Funeral es un álbum de rock tremendo. Con un sonido, poderoso y, en cierto modo, recordatorio de aquel To Bring You My Love de Pj Harvey, el álbum extiende un manto en el oyente totalmente cautivador. Lo encoge en su lamento, lo golpea con su músculo guitarrero y lo eleva a un estado de enajenación total cuando se aventura en unos territorios electrónicos que recuerdan poderosamente a ciertas producciones de Flood (Pj Harvey, U2, Depeche Mode). Todo sin un segundo de respiro, sin un minuto de desperdicio y obligando de continuo a contener la respiración. ¿El 0,5 que le falta para llegar al 10? Simple prudencia respecto a cómo aguantará el paso de los días. Imprescindible. (9,5/10)

THE BLACK KEYS “El Camino” (Nonesuch / Warner)
Son el grupo grupo alternativo masivo del momento. Igual que ocurrió en su día con Arcade Fire o Wilco, el público no especializado pero que quiere ir más allá de lo que propone la lista de ventas los ha acogido con los brazos abiertos. La culpa la tiene fundamentalmente The Lonely Boy, una irresistible pieza de rock n’ roll garagero que reúne todo lo bueno del dúo de Ohio: pegada, inmeditadez y ritmo contagioso. Escucharla y que se le vayan a uno los pies resulta algo inevitable. Se trata e la apertura de El camino, el álbum que está llevando al éxito a The Black Keys, colocándolos en la vacante que quedó libre con la disolución de The White Stripes. Como ellos apuestas por los riffs infecciosos, los riegan con chorros de música negra, miran de cuando en cuando a Led Zeppelin, le pasan la lija del garage sesentero y le dan un empaque totalmente contemporáneo. Hit tras hit, cuando llega el final del disco el oyente solo deseará una cosa: !Más!. (8/10)