La Voz de Galicia
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Cuentan que Diógenes oyó la definición que Platón hacía del ser humano: «un bípedo implume» y -fiel a su filosofía cínica y provocadora- robó un gallo al vecino y lo fue desplumando mientras se dirigía a la Academia platónica; una vez allí, lo soltó en el patio y partiéndose de risa ante el asombro de todos los presentes les gritó: » os he traído un hombre, !un bípedo implume!». En estas salió Platón con todo el aplomo que le caracterizaba, se puso al frente de sus discípulos y ante las risotadas de Diógenes le dijo: » no te preocupes, añadiremos algo a la definición: » el hombre es un bípedo implume con uña anchas».

De alguna manera las uñas humanas son una de sus características específicas y como tal, dicen mucho de el.

Uno de mis maestros ,el profesor Lopez Zanón, otorgaba a las uñas un valor enorme a la hora de explorar al paciente,  «Fíjese siempre en las uñas -decía-, unas uñas cuidadas, estropeadas, mal pintadas, devoradas, cóncavas o convexas, le dirán más del estado anímico del paciente que muchas palabras. Le hablarán de su estado de ánimo, de su nivel de ansiedad, de sus rasgos obsesivos o histriónicos, de su carencia en hierro, de posibles déficits vitamínicos, de su alimentación, de su oficio, de su higiene..» Otro maestro, D. Gregorio Marañón, en su » Manual de diagnóstico etiológico» ( libro esencial para un clínico), dedica un breve capítulo a la semiología de las uñas donde abunda en muchas de las observaciones del Dr. Lopez Zanón.

Sea como fuere, las uñas son uno de los detalles  en que más me fijo tanto al explorar a un paciente como en la vida normal.

Últimamente llama la atención la proliferación de locales que se anuncian como «The Nails Center», casi todos regentados por chinos; me inquietaba el tamaño enorme de la mayoría de ellos y el número de operarios, así que decidí entrar en uno e informarme de qué se hace allí con las uñas.

Un mundo ungular dónde se ofertan todo tipo de colores y tamaños, de formas y tallados, postizas de gel y acrílicas, con dibujos e incrustaciones (uñas francesas las llaman), en definitiva, un templo chino dedicado al cuidado y exhibición del rasgo señalado por Platón como definición del ser humano: un bípedo implume con uñas cuadradas que, merced a los chinos, se transforman en una exuberancia de variedades que aún las hace más humanas al imprimirlas una  creatividad sorprendente.

Uñas redondas, cuadradas, de almendra, bailarinas, estilete, de pincel; uñas de roña y de seda, uñas alegres y uñas tenebrosas, uñas cosquilla y uñas cortijeras de navaja multiusos.

Uñas hechiceras y uñacas carniceras.