La Voz de Galicia
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Tras la actual Pandemia desarrollaremos un nuevo hábitat: el Cibernatural; una fusión de la vuelta a la naturaleza con  la Red obligados por el aislamiento, la dispersión y el riesgo de contagio al  que nos ha llevado este virus.

No cabe duda de que, en el futuro,  los acontecimientos que estamos viviendo marcarán un cambio de Era en nuestra Civilización; todas las etapas históricas de la Humanidad se inician y acaban con un hecho imprevisto y doloroso.

La Edad Contemporánea -significada por acontecimientos tales como la aparición de nuevas formas de gobierno, pérdida de los grandes relatos (religión, ideologías…), instauración del sistema capitalista, Internet y con ello la globalización-,  acaba con el derrumbe de la Torres Gemelas como metáfora de la demolición de todo lo anterior.

Tras veinte años de transición -los cambios estructurales en los sistemas abiertos no son inmediatos- la Nueva Edad futura se inicia con la actual Pandemia que ha afectado a la Humanidad en su conjunto.

Este nuevo entorno «por-venir»  determinará cambios cualitativos no sólo en el hábitat, sino también en las relaciones humanas.

Dos de los rasgos de la Edad que abandonamos son el Narcisismo excedido y todo lo que definió Zygmunt  Bauman en su concepto de Modernidad Líquida.

Bauman situaba el inicio de la llamada Modernidad sólida en el terremoto que arrasó  Lisboa en 1755: «Fue una catástrofe enorme, no sólo material sino también intelectual. La gente pensaba hasta entonces que Dios lo había creado todo, que había creado la naturaleza y había puesto las leyes. Pero de repente vio que la naturaleza es ciega, indiferente, hostil a los humanos y que no puedes confiar en ella.»

A partir de ahí, La Ilustración comenzó a poner el mundo bajo la administración  de la razón y la ciencia buscando construir algo más sólido y fiable.

Sin embargo la historia nos llevó por otro rumbo y hemos embarrancado  en esta Sociedad Líquida donde todo cambia  y nada es sólido: trabajo, amor, amistades, ocio ,dioses,  bienes, modas, sexos…Acabando en un Narcisismo hipertrofiado y  una conducta auto lesiva (individual y colectiva) que ha provocado   una crisis de gratificación en la sociedad  inducida por ese aislamiento narcisista.

La instrumentalización generalizada del Otro  ha borrado su mirada,  ésa que nos confirma y reconoce, imprescindible para sentir que somos importantes de verdad para los demás.

Tras esta crisis ganaremos eso que llaman «autoestima» y disminuirán  depresiones,  autolesiones y  trastornos límites de personalidad tan en auge dentro  la clínica.

La pandemia ha devuelto todo lo humano que hoy  inunda con aplausos el atardecer del silencio de nuestro aislamiento.

El virus se ha llevado el espejo que se interponía entre nosotros y los demás.