La Voz de Galicia
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Probablemente recuerden la película «Una mente maravillosa» donde que se cuenta  la vida de John Forbes Nash,  quien a pesar de tener que convivir con una penosa enfermedad crónica como es la Esquizofrenia paranoide, fue capaz de desarrollar una teoría de los juegos que se conoce como «El equilibrio de Nash» y que le valió el premio Nobel de economía

El concepto tiene un carácter multidisciplinar,  aplicable a muchas situaciones de la vida real y se me antoja que puede alumbrarnos el juego de estrategias del  lamentable panorama político actual.

El ejemplo de su aplicación se plasma de manera impecable en el llamado «Dilema del prisionero» que muestra como las personas pueden elegir no cooperar aunque esa decisión vaya en contra de sus intereses.

Se analizan las decisiones que pueden tomar dos presos encarcelados – ambos por separado – cuando se les ofrece la posibilidad de  delatar al otro sin saber la decisión que va a tomar el compinche, de forma que acertar la decisión que el otro va a tomar es lo que va a decidir las consecuencias su propia decisión.

Las posibilidades que tienen ambos son dos: delatar al otro o no. Teniendo esto en cuenta existen las siguientes posibilidades: ninguno delata al otro con lo que los dos recibirían la mínima pena; uno de los presos delata al otro con lo que sería condenado a menos años que el delatado; los dos presos se delatan entre sí con lo que serían condenados ambos a la máxima pena.

Hay que contar con que cada preso va a querer lo mejor para él sin importarle lo que le ocurra al otro y siguiendo esta lógica los dos se delatarían para conseguir una condena más baja lo que les llevaría a sufrir la pena más larga, sin embargo, si los dos decidieran cooperar y no delatarse las condenas serían más benévolas.

Esto es un equilibrio de «Equilibrio de Nash» donde cada jugador no gana nada cambiando su estrategia siempre que los otros jugadores tampoco modifiquen la suya, por ello cambiar la decisión individual implica empeorar las condiciones si no se  tiene en cuenta lo que van a hacer de los demás pero, al no conocer la estrategia que los otros van a desarrollar , la decisión que se va tomar será siempre la que se crea más beneficiosa individualmente, lo que a la postre será  peor para el conjunto de jugadores.

El juego de investiduras de esta temporada es otro Equlibrio de Nash donde todos deciden no cooperar  para conseguir un beneficio individual y al final pierden todos.

Si tuvieran en cuenta esta verdad y cooperaran entre ellos ganaríamos todos.

Verdades severas del genio de Nash.