La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
Seleccionar página

Aeropuerto de Heathrow (Londres). Tanta informática, tanta informática y al final quien la maneja es un corto mental con escasa educación. Eso es lo que pasa con British Airways (si quiere volar con una compañía antipática, ya sabe adónde ir) no solo aquí sino en Londres también, y presupongo que es marca de la casa, visto que ese trato se repite en bucle. Luego nos metemos -yo el primero- con los funcionarios parásitos españoles, que claro que los hay como lo hay trabajadores. Así que intento coger las tarjetas de embarque de los tres vuelos de hoy: a Londres, a Madrid y a Santiago. Con los dos primeros no hay problema. Con el tercero sí. Es un vuelo interior en otro país.

-Oiga, ¿y qué? Es con Iberia, e Iberia y British Airways son la misma empresa, y cuando vine para aquí en Santiago no hubo ningún problema.

Pues que me zurzan, que me busque la vida y que pase el siguiente. Que pregunte en Londres.

Menos mal que llego con tiempo a Londres, porque la cola de British Airways no es pequeña. Llego y me dicen exactamente lo mismo: que de Iberia no saben nada. Y lo más alucinante es que pregunto, amablemente, dónde está el mostrador de Iberia. Respuesta: «No hay». Entonces, ¿cómo arreglo mi problema? Porque a Madrid llego muy justo de tiempo. Pues en puerta de embarque, «pero a veces les funciona el sistema y a veces no, inténtelo… y que pase el siguiente».

En la puerta de embarque está un profesional con muchos años de experiencia y, además, un auténtico gentleman. Explica que no tiene acceso pero que lo va a intentar. El tipo se deja el alma intentándolo… y bingo. Pero al final me insiste en que fue de casualidad, que mejor no llegar al borde del precipicio.

¿Informática? Puede ser. Incompetencia también.