La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
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San Sadurniño. Una de las maravillas de Galicia, injustamente tratada, es el tren de la costa, el Feve. No es tan rápido como el coche, claro está, pero la atmósfera dentro y los paisajes fuera anima a ir en él y a repetir viaje. De manera que allá me voy con O Barqueiro como destino, una estación que es un auténtico balcón sobre una ría preciosa y cuyas márgenes no han sido adulteradas a la brava como por ejemplo la de Ferrol. Y ese final, que debe ser el principio de una jornada, no se merece otro calificativo que lastimoso: la estación es un cúmulo de escombros difícil de olvidar. La muestra, estas fotos.

 

A la vuelta el punto de destino, simple parada para bajar y subir al coche para regresar a casa, es la estación de San Sadurniño, en medio de la nada. Pero da gusto ver lo cuidada y limpia que está, con la excepción de un banco de Feve ya oxidado. Y aquí están las fotos. Compárese y sáquese la deducción pertinente.