Red Natura del río Tambre. Entre los kilos de papel que sigo recibiendo (¡mira que se puede ahorrar enviando las cosas por correo electrónico y en PDF!) está el catálogo oficial de Noruega 2008. Lo tuve despistado por alguna mesa -en mis estanterías no cabe ni un folio más- hasta que días después de su llegada a esta casa se me ocurre abrirlo y echar un aburrido vistazo a la carta adjunta. Me estiro un poco y fijo más la vista. Una carta obviamente cordial pero muy clara, con sana agresividad soterrada porque la competencia es dura. Nada de palabras vacuas ni de calificativos elogiosos repetidos hasta la saciedad. Datos (13% de incremento en las pernoctaciones en 2007), descripción del propio catálogo, número de ejemplares impresos (60.000)… interesante para alguien a quien le interesa el turismo como fenómeno. Firma la misiva la directora para España, Eugenia Fierros, nombre que me suena mucho pero que como mi memoria es un desastre, vaya usted a saber si viajé con ella, o comí, o qué.
El folleto estrena formato, identidad corportativa y diseño. Pues bien, tampoco es que invente la luz. Pero lo que más me llama la atención es la gran presencia de páginas web que contiene, empezando por la suya institucional. O sea, que saben que Internet es el vehículo en el que el turista se acerca al destino. Una web da seguridad y confianza. Y, a lo que se ve, los noruegos lo saben.
(Un par de apuntes: en Google no me sale el restaurante Maruja Limón de Vigo, sobre el que escribí ayer. Ni tampoco el Calderón en Santiago, por ejemplo. Ni el Ana, también en Compostela. Ni…)