La Voz de Galicia
Libros, música y seres humanos
Seleccionar página

Nada cómo ver teatro infantil para desconectar de una campaña electoral. Es como entrar en una burbuja y tener dulces sueños. Flotar como un astronauta. Y encima el auditorio del teatro del Andamio lleno de niños que puntúan con risas y expresiones todo lo que sucede, desde la inocencia, sin cortarse ni un poco. Es la compañía La tartana, de Madrid, que trae la obra El guardíán de los sueños. No es una obra. Es un cofre con un pequeño tesoro dentro. El escenario es una biblioteca municipal. El guardián de los cuentos es un entusiasta funcionario. Pero protagonista solo hay uno: la ilusión. Jugando con el fondo negro salen de los libros los personajes de los mismos. La ilusión óptica es extraordinaria. Y los niños gritan mirando al ratoncito Pérez, que va y viene por los estantes: Allí, allí. Y otro chaval lee en un lomo Alicia. Y el de al lado completa: Alicia en el país de las amarillas. El público mejora así una obra que no necesita mejoras. Está la bella durmiente y la rueca. Está Peter Pan. Está Juan y las habichuelas. Y ahí flotando en esa atsmófera única una pequeña hada a la que hay que ubicar entre todos. Es curioso cómo una tarde borrascosa de domingo puede colorearse hasta el arco iris gracias al teatro.