La Voz de Galicia
Libros, música y seres humanos
Seleccionar página

Manifestaciones en Rusia. Allí pesan las palabras. Tierra de contrastes y dichos, como tantas otras, consideran a los proverbios como los relámpagos de las frases. En uno de ellos se dice que, cuando se corta un bosque, vuelan las astillas. No hay mejor expresión para definir lo que sucede con la victoria de Putin. La dudosa limpieza del proceso electoral deja a los críticos desamparados, a la intemperie en zona de hielo y nieve. Deben guarecerse, porque es muy probable que, de la disyuntiva reforma o represión, Putin opte por la segunda. No hay señales que anuncien lo contrario. Sus presuntas lágrimas en la plaza Roja ante decenas de miles de fieles no quieren decir nada. No son un mensaje para la anulada oposición en las urnas. Todos los expertos sitúan a Putin como un nuevo zar. No es para menos. Gobernó durante ocho años, puso a Medvédev durante otros cuatro y cambió las leyes para volver al poder por un período de seis años. Los que lo tratan de cerca le llaman Volodia o Vova, aficionado a proezas personales, Putin da imagen de fortaleza de cara al exterior. Así, emocionado, dijo ese Gloria a Rusia , que casi debe ser traducido cambiando la palabra Rusia por su nombre. Juego de tronos, también en Moscú.