La Voz de Galicia
Aprendiz de madre
El blog de la crianza y la conciliación
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Las merendolas con churros y chocolate para festejar un cumpleaños o una comunión quedaron en desuso hace mucho tiempo. Poco a poco esas reuniones caseras fueron reemplazadas por magnánimas celebraciones en una sala de fiestas con azafatas, globoflexia, maquillaje de fantasía, piscina de bolas, juegos electrónicos y zona con wifi para los padres. En esta surtida variedad de galas descubrí recientemente las fiestas de la belleza, especialmente diseñadas para niñas y adolescentes.

En esta nueva modalidad ellas cambian la tarta por una reunión llena de glamour en la que podrán compartir con sus invitadas una mascarilla capilar, un masaje facial, disfraces estrafalarios, tocados y maquillaje de fiesta, todo ello «elegantemente» rematado con un desfile en el que podrán brillar con su nueva imagen.

Ilustración: Paulino Vilasoa para La Voz de Galicia

Las llamadas beauty party ya están al alcance de las adolescentes gallegas y lo mismo sirven para celebrar una comunión que «los dulces 15»  al más puro estilo latinoamericano. Las festejadas pueden elegir entre una tarde de princesas con vestidos y coronas o un salón top model. A mí es que sigue sin convencerme la idea de encerrar en una habitación pintada de rosa a una decena de muchachitas para hacerse la pedicura mientras escuchan a Justin Bieber, aunque sé que llegado el momento terminaré por resignarme.

¿Cuál será la versión masculina de esta celebración ultra cursi en las que nuestras hijas aprenden cómo lucir el palmito en una pasarela? Prefiero no pensarlo.