La Voz de Galicia
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Tecnología y productividad en movilidad
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Hasta hace pocos años, ser usuario de Apple era algo casi como una religión. Por lo general, sus usuarios defendían la marca con pasión casi enfermiza. En ese contexto, en el que la marca era algo claramente minoritario y casi marginal, este tipo de seguimiento tenía mucho sentido y era casi necesario para su propia supervivencia.

Sin embargo, durante los últimos años hemos asistido a un proceso de evolución de la marca en el que poco a poco ha ido adquiriendo una cuota de mercado ya no tan marginal y que parece que va a continuar creciendo, al menos a corto y medio plazo. Con el lanzamiento de la segunda versión del iPhone vemos cómo muchos siguen defendiendo a la marca e incluso a sus operadoras aliadas de forma no siempre objetiva, llegando al punto de menospreciar a quien cometa el sacrilegio de decir que quizás no todo es tan maravilloso y que, sin ser necesariamente malo, podría haberse hecho mejor, por no hablar de los que directamente dicen preferir otras opciones.

En este nuevo contexto creo que ya no es tan fundamental contar con un grupo creciente de seguidores incondicionales, sino que también es interesante contar con gente que muestre (o al menos lo intente) cierta objetividad y espíritu crítico. El motivo es que cuando tus enemigos te critican pero tus amigos no hacen otra cosa que felicitarte y darte palmaditas en la espalda, lo normal es pensar que el resto está equivocado y que realmente tú lo estas haciendo todo bien. Por ello, creo que es fundamental contar con algún amigo que de vez en cuando te diga que cree que estás haciéndolo mal o que podrias hacerlo mejor en determinadas circunstancias. A lo mejor hasta ese amigo está equivocado o terminas no haciéndole caso, pero por lo menos te va a obligar a replantearte tu actuación.

Tengo la esperanza de que Apple se termine de convertir con el tiempo en una buena alternativa real a Microsoft, pero a medida que crece también lo hace mi temor a que con el tiempo acabemos con el mismo perro pero con distinto collar. Creo que estamos a tiempo de poner nuestro pequeño granito de arena para evitar que esto suceda.

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