Este sábado por la mañana he visto una columna en el periódico digital de El País donde se hablaba de los trolls y de los problemas que están causando a varios de los blogs de ese diario, además de a un videoblog del famoso Iñaki Gabilondo, donde se plantean incluso llegar a cerrar los comentarios como medida para evitar los trolls. Es obvio que la medida sería un premio para los que están haciendo la tarea de ensuciar los comentarios, lo único que quieren es que se lleve a cabo alguna reacción contra ellos: ese es su objetivo, único, sencillo y que nunca jamás se debe de permitir lograr.
El artículo del sábado me he enterado a través del blog de Rafa Osuna que ha sido escrito por la defensora del lector del periódico, Milagros Pérez Oliva, lo que me ha aclarado por qué está tan errada en sus reflexiones y por qué propone métodos de tratamiento de trolls en los blogs que nada tienen que ver con lo que realmente hay que hacer: esta mujer no tiene ni flores de Internet, seguro que es una gran profesional del periodismo y tiene muy claro cuáles son las reglas en el papel, pero de Internet ha debido de ver más bien poco: a los trolls no se les alimenta y punto.
En mi opinión el debate se ha reabierto porque ha sido tratado por alguien que ignora la metodología de tratamiento de los trolls y por otra parte porque lo ha hecho desde una tribuna tan potente como la de el diario El País. La reapertura del debate es en sí un éxito para los que quieren ensuciar la comunicación digital. En la columna se plantean cuestiones como cerrar los comentarios, llevar a los trolls a su propio terreno, todo lo que se haga con los trolls está mal hecho, lo único que funciona es: no hacer nada, no darles ni agua, no darles alimento, mueren por dejadez, si ven que sus actos no tienen fuerza se van a otro sitio, os lo garantizo.
El problema que tienen los blogs es que no ponen unas normas, sean escritas o tácitas; de esto modo, si los comentaristas habituales no tienen una gran implicación y compenetración con el bloguero de turno, entonces es muy fácil que el debate en los comentarios se vaya de las manos. Estoy orgullosísimo de cómo en nuestros comentarios cualquier de los lectores del blog sabe identificar cuándo aparece (aparecía, mejor dicho) un troll y cómo tratarlo, obviando su comentario, dejándolo en espera de que uno de los administradores pasemos a barrer con la escoba y anulando al parásito para siempre.
En los «grandes blogs» lo deberían de escribir y recordar periódicamente por una parte y por otra, destinar los recursos necesarios para tener «limpiadores» que periódicamente hagan uso de sus escobas. Mientras no hagan eso, ya pueden seguir planteando opciones, contestaciones, meter en nómina al troll, lo que quieran, no funcionará…el camino es simple: educación para los comentaristas en cuanto a no contestar absolutamente a ningún troll y limpieza periódica por los administradores sin más aspavientos ni preocupaciones.
Gracias a todos los comentaristas de Serantes & Cía por ser especialistas en eliminar trolls no haciendo nada.
Saludos
David Serantes
El problema que veo, es que en el medio escrito, no siempre es tan sencillo detectar a los troll (a no ser que sean muy trolls), y con alguno te puedes llevar una sorpresilla.
Muchas veces, y si utilizan el mismo nick, son detectables por eso. Pero alguien que comente esporádicamente, es posible que conteste a un troll si no sabe muy bien que lo es.
Por otra parte, sigo sin entender que diversión puede tener trollear por los blogs…
@carmdu, tienes razón, es fácil que alguien se despiste y les de conversación, por esto todavía le doy más valor a cómo lo hacéis en este blog, fíjate que ya estamos en más de 10.000 comentarios y el buen ambiente, con discusiones incluidas que hay en las zonas de comentarios de los posts.
Por otra parte, la diversión de los trolls es su reconocimiento. Son felices si consiguen llamar la atencion, que se hable de ellos, si enfadan a los comentaristas, al bloguer de turno, a los administradores, a la marca, etc.
Si no lo consiguen se agotan, porque ellos escriben durante unos minutos, constantemente, y eso lleva tiempo y esfuerzo, para los comentaristas y moderadores no comentar lleva exactamente: 0 segundos y ejecutar un botón de borrado más o menos lo mismo; por ello que se agotan y acaban perdiendo y buscando un lugar donde no se sepa la norma par trolls.
Gracias por tu comentario!
David Serantes
Buen artículo, ¿Para cuando un artículo para todos los que nos registramos compulsivamente, probamos aplicaciones en las que tenemos que dar nuestros datos…? Y que haces tu en esos casos. ¿Pides que te borren los datos?¿Te das de baja de alguna manera? ¿O simplemente lo dejas como está?
@Juan Francisco, la verdad es que el tema de «pagar con nuestros datos» todas esas ventajas y esas aplicaciones «gratuitas» está tan extendido que hemos llegado, sin querer, a pensar que nuestra información no tiene tanto valor y la solemos dejar en las manos de los que la solicitan. Además firmamos determinadas condiciones de uso que no leeemos jamás, con todo el peligro que esa actividad lleva asociada.
Saludos
David Serantes
Es un tema complicado para sitios con muchos miles de visitas diarias, donde moderar los comentarios y eliminar el spam a veces supone un trabajo casi a tiempo completo. Recuerdo no hace tanto que Engadget.com echó el candado durante unas semanas porque la cosa se había salido de madre y comprendo que sus trabajadores no están para perder el tiempo moderando. El problema es que con la enorme cantidad de visitas que reciben estos medios aunque dejes morir a algunos trolls siempre hay otros que vienen detrás, convirtiéndose en una enfermedad crónica. Es más, con las formas de feedback que nos brindan las redes sociales siempre puedes usar Twitter para un comentario breve o G+/FB para explayarte de forma más extensa. Y si realmente quieres escribir una réplica puedes hacerlo en tu propio blog. Reconozco también que los comentarios benefician a blogs modestos, donde un ambiente de comunidad a pequeña escala siempre es beneficioso y contribuye al diálogo, siempre que no suponga que el pobre administrador sude la camiseta en tareas de mantenimiento.
En todo caso respeto la decisión que cada uno tome sobre los comentarios en su blog porque considero que comentar es un privilegio que nos otorga un autor, no un derecho fundamental del internauta.
@autoy, es cierto, en sitios grandes el problema es mayor. Supongo que con el paso del tiempo se tenderá a la personalización, a la identificación de las personas en Internet. Hace años todo el mundo tenía un nick, como el tuyo, detrás del que existía una persona anónima y sin intención de darse a conocer; hoy en día se ha ido viendo que el mostrar la foto personal, aportar el verdadero nombre y tener una presencia online «real» es la tendencia. Esto va muy deprisa, pero estamos en un período de transición hacia la fiabilidad de los contenidos y las personas, es cuestión de tiempo.
Saludos
David Serantes
@Serantes, Sea tendencia o no creo que es importante que el derecho a ser anónimo o no en la red debe ser una libertad fundamental que no se puede echar a perder. Son los fundamentos de internet.
Pues para facilitar el antiroleo solo se me «okurre» un detector de ciertas palabras y expresiones para filtrar un poco los mensajes, y quizás un botón de denunciar en cada mensaje. Claro que a los trolls seguro que les encanta pulsar ese botón.
@Scooter, en este blog, que está bajo WordPress tenemos instalado un sistema basado en la identificación de palabras determinadas y nos ha funcionado siempre de maravilla. Es un plugin denominado Akismet y una vez instalado te olvidas más que de moderar algunos comentarios con los que puede tener dudas; pero diría que es inteligente, pues con el paso del tiempo cada vez menos veces hemos tenido que moderar ese «purgatorio» de comentarios.
Saludos
David Serantes
Esto es lo de siempre, no cuidamos lo que tenemos. En este caso es la posibilidad de navegar «de forma anónima» o de poder disfrutar de contenidos sin censuras. Parece que nunca hay un equilibrio, o bien hay que censurar y limitar accesos como en ciertos países de sobra conocidos o bien una vez que se nos da libertades algunos lo convierten en libertinaje. Luego serán los primeros en quejarse de que se censuran cosas. No sé si me expliqué bien pero será triste que por unos pocos lo paguen todos, como siempre.
@alex_nap buena aportación, sería interesante conocer en profundidad a un troll fuera del ámbito 2.0…¿cómo serán?
Saludos
David Serantes
Estoy totalmente de acuerdo con el post. No tengo nada que añadir, sólo comento porque quiero llevarme el cabezón. :-).
Un saludo a todos y buenas fiestas.
Manuel Bustabad.
@Manuel Bustabad, no sé yo si no serás un medio primo de un troll…tramposillo!
Hola buenas, yo venia a trolear. ¿Se puede? xD
Realmente coincido en todo lo que dices, aunque como generador de contenidos entiendo que es muy desmotivante cuando una o varias personas se dedican sistematicamente a sabotear y críticar sin sentido tu trabajo. De ahí que entienda un poco el plantearse cerrar los comentarios, pero creo que no se debe de coartar la libertad de expresión de muchos solo por el mal hacer de unos pocos.
Los comentarios siempre aportan algo y le dan a un blog el doble de su valor.