Se ve que hoy me he levantado filosófico y además ha coincidido con el hecho de que nuestro pequeñín (5 meses) nos ha dejado dormir un poco más de lo habitual, alargando su sueño nocturno hasta las 10 de la mañana, pero me ha asaltado una duda:
¿A qué edad le dejaré yo que tenga su primer terminal móvil?
Por supuesto que mi respuesta mental es gallega: DEPENDE.
Lo más lógico es plantear que el uso de la comunicación móvil comience en el momento en el que sea necesario realizar alguna comounicación bidireccional, de padres a hijos y viceversa, pues mientras todos estemos «juntos» no existe la necesidad de poner un móvil al alcance de un niño; sólo lo utilizaría para jugar y seguro que las consolas actuales le dan todo lo que necesita y más en ese campo lúdico.
Pero es que no acabo de poner una cifra, que mi cabeza cuadriculada es lo que intenta encontrar, a partir de la cual se pueda decidir poner un móvil a disposición de un niño. La facilidad tecnológica actual nos permite dejárselo con total tranquilidad en cuanto al seguimiento de sus movimientos, ya que cualquier operadora telefónica permite hacer un seguimiento de consumo, de emisión y recepción de llamadas o mensajes y si lo deseamos incluso podemos llegar a saber dónde está nuestro hijo en cada momento, cosa que puede tener su interés para muchos padres.
He visto en unas diapositivas muy interesantes de la Universidad Camilo José Cela una cifra que me ha llamado la atención y es la de que para una edad de entre 10-12 años, el 62% de los niños encuestados adquirieron su primer teléfono móvil, esa ya es una cifra estimada con la que me quedo.
Además también me he podido encontrar con otras cifras asombrosas como la que indica que un 98% de los adolescentes españoles ya tiene su teléfono móvil «propio» (ay del 2% restante, estarán a punto de tenerlo supongo).
Por otra parte, en La Vanguardia indican en una noticia que los «adolescentes» catalanes tienen el primer móvil a los 10 años, cuestión que me hace temblar pensando que la adolescencia comience a tan temprana edad, esos de 10 años señores, son niños todavía a mi pequeño entender.
Desde luego las cifras están ahí, haciéndose cada vez más pequeñas en cuanto a la edad a la que los niños se acercan a los terminales móviles se refiere y desde mi punto de visto, teniendo los padres cada vez más dificultad para ser capaces de entender todo lo que pueden llegar a hacer con el dispositivo.
Y vosotros, ¿a qué edad habéis dejado o vais a dejar que vuestros niños tengan su móvil?
Saludos
David Serantes
Foto: Cuentamelo.net
Mi primer móvil que me dieron mis padres me parece que era en 5º/6º primaria (como 11 o 12 años). Mi primer móvil era un Motorola C333. Tengo que decir que en todo lo que llevo de tiempo el teléfono apenas lo utilizo (habrá algunas veces que me dará el venazo de bajarme juegos java) pero me ha salvado de algún apurillo.
Mi hija empezó con un móvil de mickey de 4 teclas con 4 años por que quedaba sola con la canguro y estaba programado solo para llamarle a mi y autocontestar llamadas y poner el manos libres.
Mi primer Movil si ni recuerdo mal fue a los 14 años con la salida de aquel alcatel one rouch easy
Ni loco le dejo yo un movil al niño, aunque el iPhone se le da de perlas…
De todas formas yo creo que la edad depende de quien pague las llamadas…
Pues la verdad es que es una cuestión un tanto enrevesada, pero intentaré aportar mi punto de vista, ya que tengo más o menos recientes esos momentos.
Para ponernos en situación: actualmente tengo 20 años, padres de 66 y realmente gallegos, lo cual es sinónimo que ante el más o menos desconocimiento de la tecnología fueron reticentes a dar el paso porque no lo consideraban necesario. Si bien es cierto que cuando me tocó a mí, hace cosa de unos 6-7 años, los teléfonos móviles no estaban tan presentes entre los jóvenes o incluso niños como lo están hoy en día. El caso es que a esa edad, con unos 14 años fue cuando empecé a cacharrear con ellos. Me iba de excursiones, daba una vueltecilla con los amigos y todo lo que se hace a esas edades, y quería poder estar en contacto con alguien por si pudiese pasar algo. Desde esta base de la experiencia, hoy en día veo un par de casos que, generalizando, son:
1.- El niño que lo quiere a los x años porque si no tiene uno será un paria y bla bla bla.
2.- El niño que lo quiere a los x años pero aporta unas razones más o menos convincentes para obtenerlo.
3.- Los padres que quieren controlar al 100% los movimientos de sus hijos y ven en el teléfono móvil una herramienta más con la que poder hacerlo.
4.- Los padres que lo ven una necesidad, como un recurso en caso de emergencia, y como una herramienta social más.
En base a todos estos casos (que habrá más, desde luego), podemos tomar nuestra decisión. En mi caso, desde luego, está muy clara: cuando lo necesite. Desde luego, lo que no podemos hacer es negarlo en rotundo pensando en que va a hacer un mal uso de él porque, precisamente, es eso lo que tenemos que enseñarles como padres. Deberíamos poner a su disposición tantas herramientas como podamos, pero siempre enseñándoles a usarlas de la forma correcta. Sólo de esta forma, ellos podrán tomar la decisión de seguir por el buen camino o no.
Seamos francos, hoy en día el negarle a un niño tal objeto por qué son? Yo personalmente creo que por el mal uso que le puede dar: ver porno en internet, llamadas a quien no debe, etc. Pero acaso creemos que negándole un ordenador o un móvil lo evitaremos? Pueden darse mil alternativas, como un amigo, un cíber y millones más. Precisamente es la libertad de elección lo que nos marca como personas y lo que hace que sepamos distinguir los caminos del bien y del mal. Si no vemos ambos caminos, cómo vamos a saber cuál es el correcto?
Saludos!
P.D.: Qué recuerdos de mi Alcatel OT 311… jajajaja
¡Hola!
Uff…yo espero que mi hija nos lo ponga más fácil que lo puse yo. Que ya empezaban a salirme las primeras canas cuando lograron colocarme el primer móvil.
Ni mis padres ni mi mujer lograban convencerme, ni con mensajes directos ni subliminales, hasta que un día de Reyes mi hija con los pasos vacilantes de quien todavía no ha cumplido 2 años me entregó el “regalito” de marras. Mirando aquellos ojazos yo no puede mas que poner cara de que acababan de regalarme algo que llevaba toda la vida esperando.
Bueno,…debo confesar que desde entonces he hecho algo de trampa porque he utilizado y utilizo estos cacharrrines de todo menos para hablar por teléfono 🙂
Saludos.
Cuando sea necesario…no?
Cuando puedas o quieras pagar el consumo de voz y de datos. Después de eso, cuánto antes sepan manejar la tecnología mejor, para que no sean analfabetos tecnológicos, como pasa ya ahora con gente no tan mayor…
Y luego enseñarles a racionar el tiempo y la forma de uso, porque la culpa de que abusen (igual que con los ordenatas y consolas, etc.) es siempre culpa de los padres, que no saben poner límites ni decir que no.
En cuanto a la comunicación y/o control: Yo como hijo no querría estar controlado permanentemente por mis padres… y ellos no se van a dejar porque hay miles de excusas para no contestar a una llamada, o no lo hacemos nosotros?…
Mi caso particular: a los 13 después de años de llevar uno prestado a los campamentos, con cámara para que se haga sus fotos y con bluetooth para que intercambie música y fotos con los amigos sin gastar un duro, y lo utilice como MP3 y agenda: cuatro aparatos en uno también es un ahorro.
Eso sí: la primera factura de más de 100 sms en un mes le costó dos meses sin móvil.
Nunca se volvió a pasar.
Creo que falta un componente importante, yo diría «el» componente. Y este no es otro que la educación. Creo que las cifras pueden ayudar pero no deben determinar una decisión de este tipo.
Como padres educamos a dormir y comer en una primera edad, y poco a poco les preparamos de la manera que mejor sabemos a enfrentarse a la sociedad que les ha tocado vivir.
Yo no pondría una edad pero si me pondría con él desde un primer momento para que poco a poco se despegue y tome sus decisiones y que sepa que cuando haya algún problema puede volver aquel que le enseñó y compartió esos primeros pasos.
Además el teléfono móvil se ha convertido en un ordenador en movilidad, quizás es ahí donde debemos estar y no tanto con el dispositivo con el que acceden.
Un saludo
JOR.G.-E.